lunes, 31 de marzo de 2014

El Teide y los extraterrestres



 

La corteza terrestre se encuentra fracturada en múltiples sitios, conformando un sistema de placas que se alejan unas de otras o chocan entre sí, destruyendo o generando corteza. Estos lugares, como el Oeste del continente americano, de Alaska a la Patagonia, o el cinturón de fuego del pacífico, muestran una fortísima actividad tectónica.

Sin embargo, hay algunos (pocos) lugares situados en el interior de una placa que manifiestan una actividad volcánica intensa y persistente. Los denominamos "puntos calientes". Y son sitios que conviene tener vigilados porque son muy peligrosos.

Lo son porque en ellos puede haber calderas inmensas que generan supervolcanes, como Yellowstone, o todo el poder energético y calórico se concentra en un punto muy concreto, provocando la crecida de los mayores volcanes de la Tierra. Es lo que sucede en Hawái, con montañas como el Manua Kea cuya altura desde la base supera los 10.000 metros. En términos absolutos, la montaña más alta del planeta.
 
 

En el Atlántico hay un punto caliente, en el que se alza el tercer volcán más alto de la Tierra, con 7.500 metros de altura. Se trata del Teide, en las Islas Canarias.

La adscripción de Canarias como punto caliente es discutible. Tiene cerca la placa Africana, y por el oeste tenemos la majestuosa presencia de la Dorsal Atlántica, una enorme cordillera de 15.000 kilómetros de largo y montañas que superan los 3.000 metros. Cuando esas montañas sobresalen por encima del nivel del mar reciben un nombre: Azores o Islandia.

Sea como fuere, Canarias es un lugar cuya actividad volcánica es importante. Hace unos 4 millones de años, a finales del mioceno, el fondo del Atlántico, situado a 4.000 metros de profundidad, muestra señales de que algo sucede en su interior. Desde las zonas más profundas del Manto terrestre columnas de magma caliente ascienden en este punto, formando enormes depósitos energéticos. La presión es enorme, y la corteza se rompe, creando depósitos de materia volcánica que se solidifica enseguida por las condiciones abisales. Estos sedimentos se acumulan hasta alcanzar una altura superior a los cuatro kilómetros. Entonces, la tierra emerge del mar.

En lo que hoy es Tenerife hay tres focos (chimeneas) que generan tres volcanes: Anaga, Teno y Adeje. Cuando vierten sus coladas se unen formando una sola isla con tres picos volcánicos. Ha nacido la isla de Tenerife.

La actividad volcánica se detiene, y durante un millón de años la erosión moldea un paisaje de valles y barrancos

En pleno plioceno la actividad volcánica vuelve con enorme fuerza, y una enorme chimenea unifica los tres antiguos volcanes en un único edificio volcánico: el Edificio Cañadas. Este volcán gigantesco medía casi 8.500 metros desde la base, con un diámetro de 40 kilómetros. Un gigante que colapsó por su propio peso. Hay una sucesión de derrumbes y erupciones, a veces muy violentas y explosivas. Finalmente, ya en el Pleistoceno, hace un millón de años aproximadamente, se alzan en estratos sucesivos lo que, con el tiempo, constituirán los volcanes Teide-Pico Viejo. Una explosión enorme creará una caldera de 16 kilómetros de longitud; la conocida como Caldera de las Cañadas.

El Teide por consiguiente es el resultado de un proceso tectónico intenso y relativamente reciente. Es algo que conviene tener en cuenta: esta montaña que se eleva 3718 metros sobre el nivel del mar y cuya altura total es de 7.500 metros sigue activa.

Un dato: la Asociación Internacional de Vulcanología y Química del Interior de la Tierra hizo una lista de los 16 volcanes más peligrosos del mundo. El Teide está en esa lista. Cuando ha entrado en erupción a menudo lo ha hecho estallando, con explosiones similares a las que provocaron el fin de Pompeya (Vesubio) o la civilización Minoica (Santorini). Una gran explosión en Tenerife podría tener efectos en la costa Africana, Europea y Americana.

El Teide se conoce desde antiguo, y se ha especulado sobre su naturaleza y su altitud. Heródoto llega a decir que "se afirma que es tan alto que no se puede ver su cumbre por estar cubierto siempre de nubes en invierno y en verano". El propio Ulises en sus viajes llega a ver "un monte oscuro por la distancia, tan alto como no había visto nunca otro".

El Teide entra en la leyenda. En la Edad Media sirve de faro a los navegantes que se adentran por primera vez por tales aguas, si bien su inmensa mole provoca recelos. Unos italianos del siglo XII se aterraron al circunnavegar Tenerife y tener constancia de que el Teide se erguía omnipresente por todos lados. El gran Bocaccio nos dice que, presas del miedo, no se atrevieron a desembarcar.

"También encontraron otra isla en la que no quisieron desembarcar porque en ella ocurría cierta maravilla. Dicen que allí existe un monte que, según sus cálculos, tiene treinta millas, o aún más, de altura, que se ve desde muy lejos y en cuya cima se divisa cierta blancura. [...] Dieron la vuelta a la isla y por todas parte observaron lo mismo por lo que consideraron que estaban en presencia de un encantamiento y no tuvieron valor de descender a tierra..."

Pero la anécdota más increíble la protagoniza Cristóbal Colón. La noche del 24 de agosto de 1492, preparando su partida hacia lo desconocido que hubiese al Oeste del océano, escribe en relación con la isla de Tenerife: 

"(...) fuego del pico de la Sierra que es una de las más altas que se saben del mundo, que fue causa de gran maravilla"

¿Pudo asistir Colón a una erupción del Teide en su primer viaje a las Américas. No está claro; pudo ver una erupción del Boca Cangrejo, un volcán cercano.



Lo cierto es que en la Europa moderna, hasta el siglo XVIII, consideraban al Teide la montaña más alta del mundo conocido. Hoy es el parque Nacional más visitado de España y uno de los más visitados del mundo.

Termino, no sin antes hacer otra mención curiosa al Teide y los extraterrestres. Y no me refiero a lo sucedido en 1989, cuando el programa de radio "Espacio en blanco" convocó una "alerta OVNI" en el Teide para lograr un contacto con extraterrestres.

Esa noche acudieron 40.000 personas.

Antes de empezar: me voy a referir a una iglesia, reconocida como tal por los Tribunales de España en diciembre de 2007 e inscrita en el correspondiente registro de Entidades Religiosas del Ministerio de Justicia de España. Por consiguiente, los hechos a los que voy a hacer referencia tienen la consideración de credo y merecen el respeto debido, aunque no se compartan en parte.  O en absoluto.

Verán: hace 75 millones de años un ser llamado Xenu era el dictador de una Confederación Galáctica. En un ejercicio de exterminio cruel, trajo al planeta Tierra a miles de millones de personas, las situó junto a volcanes y exterminó con bombas de hidrógeno.

Las almas de estos pobres desgraciados se conservaron y, posteriormente, se introdujeron en los cuerpos de las personas. A esto se le denomina Incidente II.

Lo habrán adivinado: el Teide fue uno de los volcanes en los que se produjeron las extinciones. De hecho, L. Ron Hubbard (el fundador de la Iglesia de la Cienciología), recogió los llamados "materiales de OT-III", algo así como unas claves sobre el origen galáctico de la humanidad y su reflejo en la jerarquía dentro de la Iglesia de la Cienciología. En Tenerife Hubbard fundó, en 1967, la Sea Organization, un grupo de devotos que recorrían en sus barcos todo el globo terráqueo para convencer al mundo de su verdad. En 1973 Hubbard sufrió un grave accidente de moto en Tenerife. Cuando volvió al buque de la Cienciología, con un brazo y varias costillas rotas, y con un humor de perros, ideó el "Rehabilitation Project Force", un código de castigos y trabajos para los que habían sido deshonestos con la Cienciología o su creador.  

Hay algo que me deja perplejo: hace 75 millones de años gobernaban los Dinosaurios, el Océano Atlántico estaba expandiéndose y no existía nada parecido al Teide.
 
 

Pero vamos, milagros los hay en todas las creencias, y no vamos a dejar que la paleogeología contradiga desde la razón lo que la fe establece.

¿No creen?

Antonio Carrillo

jueves, 13 de marzo de 2014

Conversaciones con Jaime Luengo



 
Ayer vino a verme Jaime Luengo. Lo hace a menudo, al menos una vez al mes.

Sin previo aviso, la figura muy vencida de Jaime se asoma con una sonrisa por mi despacho. Y el tiempo se toma un respiro. Dejo lo que esté haciendo. 

Se sienta Jaime, con la confianza de conocerme de antes de haber nacido. Era amigo de mi padre antes de yo nacer; amigo de un tiempo y una edad en la que se forjan las amistades que duran toda la vida. Parejas de recién casados que se encontraron en un Aluche de extrarradio y aluvión. Venidos de todas partes de España. Jóvenes entonces.

No era Jaime como otro cualquiera, como tampoco lo era mi padre. Hombre de vasta cultura, se había formado en humanidades como dominico, filósofo en España y teólogo por la Universidad de Oxford. Y, sin embargo, era y es un hombre sencillo.

Sin pretensiones.

Ayer entró Jaime, digo, con lentitud, ahora que lleva un collarín para sujetar sus maltrechas cervicales. Se sienta enfrente y hay un brillo travieso en su mirada. Viene a hablar, a debatir sobre filosofía o teología. A devolverme o traerme un libro.  

Jaime es Traductor Jurado de dos idiomas y padre de seis hijos; pero sigue siendo – pensando – como dominico. Es una condición con la que se muere, una manera de pensar que se graba a fuego. Respeto y admiro su uso del latín, el apoyo que obtiene de Aristóteles o Santo Tomás.

Jaime es un vestigio precioso de algo que muere: la palabra pensada.

Ayer hablamos de Dios como absoluto. Jaime me explica que Dios se conoce – y se enamora – de sí mismo, y forma un concepto. Un sentido. Lo llamamos “logo”, la palabra.

Como en San Juan, le digo.  

Claro. Pero es Santo Tomás el que mejor lo sabe ver. Es el Espíritu Santo.

Pasamos a debatir sobre la “Cláusula filioque”. Es curioso, me dice; los católicos están cambiando la fórmula de la absolución. Del “yo te absuelvo” están pasando al “yo te declaro absuelto”. Es un síntoma más de que la iglesia evoluciona. Jaime tiene puestas muchas esperanzas en este Papa.

La conversación se mece por meandros agradables; de Santo Tomás a Pascal. Yo le insisto: el Absoluto. Jaime acude a mi admirado Parménides: “ex nihilo nihil fit; nada surge de la nada. No me sirve; no ante la indeterminación. No ante la incertidumbre como principio. 

“Claro; te riges por tu lógica.”

“¿No hay salvación en mí?”, le pregunto.

“Jesús está más en ti que en mí mismo. De eso estoy seguro”.

 “Pero; ¿y si no? No necesito a Dios”.

Y es entonces que Jaime me ofrece la verdadera talla de quien es:

“Antonio, Santo Tomás decía que si tu conciencia te dicta una cosa, aunque venga un ángel a revelártela no le hagas caso. Sigue a tu conciencia”. 

Hemos hablado del tercer nivel de la lógica Aristotélica que se adentra en la ontología, del “primer motor” o de existencialismo; pero me quedo con el mensaje ecuménico y conciliador de Jaime, mi amigo. Sólo se exalta cuando habla de la jerarquía eclesiástica y del anquilosamiento teológico que propugnan las más altas esferas. Le pido, una vez más, que grabemos estas conversaciones; que hay foros en los que querría que se escuchase su voz. Al menos que mantengamos un debate por escrito. Pero me responde con evasivas. A Jaime le apetece pasear, venir a verme. Charlar.

Lo veo cansado.

Se despide Jaime con un chiste: Dios Padre, Jesús y el Espíritu Santo deciden dónde pasar las vacaciones:

“A Rusia”, propone el Espíritu Santo. Dios Padre se niega: allí no está bien visto.

“A Tierra Santa”, dice el Padre. Pero Jesús se opone; es un sitio que le trae malos recuerdos.

“Al Vaticano”, es la propuesta de Jesús.

El Espíritu Santo se lo piensa: “Pues mira, sí. La verdad es que me apetece. Es un lugar en el que jamás he estado”.

Y Jaime sale de mi despacho, riendo por lo bajo.
 
Es peligroso mi amigo. Su iglesia podría ser la mía.

No se me ocurre mejor elogio.
Soy un hombre afortunado por poder disfrutar de estas perlas atemporales. Que me gustaría compartir. Que me aterra perder. 

Antonio Carrillo.    

lunes, 10 de marzo de 2014

Una pianola en Fachoda

Dedicado a Naia Blas, que acaba de nacer

 

La historia es un encuentro de fechas, lugares y personas.
Es impredecible, y sólo podemos intentar aprender de lo ya acaecido, por aquello de no repetir el error. 
Vana pretensión, me temo. Porque la memoria es breve, caprichosa y selectiva.
Y la estulticia una constante en el devenir humano.

Si les pregunto por el detonante de la Gran Guerra, todos coincidirán en una fecha, el 28 de junio de 1914, un lugar, Sarajevo, y una persona, el archiduque Francisco Fernando de Austria.

Sin embargo, les voy a hablar de un tiempo, un lugar y unas personas muy distintas. En mi relato un barco de vapor desmontado atraviesa África de este a oeste. Les va a entretener.

Inglaterra y Francia son dos potencias europeas que se disputan la supremacía mundial desde el medievo. El 14 de octubre de 1066 anglosajones y normandos venidos de Francia combaten cerca de Hastings. La victoria de los franceses inaugurará ocho siglos de enfrentamientos que  tendrán su colofón en las guerras napoleónicas, a principios del siglo XIX.
El resto del siglo victoriano es un periodo de prosperidad y paz, en el que ambas potencias se reparten la soberanía sobre colonias, recursos y gentes todo a lo largo del planeta.

 
África es motivo de disputa. Los franceses tienen colonias en la costa este y oeste, y los británicos en el norte y el sur. Ambos quieren establecer líneas de comunicación entre sus territorios, lo cual implica que hay un punto equidistante que es la clave a conquistar; un enclave pequeño y sin la menor importancia situado al sur de Sudán llamado Fachoda.
 
La bandera que ondee sobre Fachoda permitirá el libre tránsito por el continente africano, de norte a sur si es Inglaterra y de este a oeste si es Francia.
En mayo de 1897 una expedición francesa parte del oeste de África, desde la cuenca del río Congo, con la intención de apropiarse de Fachoda. Al mando tenemos al Mayor Jean-Baptiste Marchand, acompañado de nueve oficiales franceses. Les sirven de apoyo 150 fusileros senegaleses.
La expedición se inicia en un río y tiene como destino el Nilo, por lo que se estima necesario contar con un barco. Marchand se apropia del buque, una barca fluvial a vapor belga de nombre Faidherbe. Pero buena parte del camino es sobre tierra firme. Entonces, los expedicionarios optan por desguazar por completo el barco y arrastrarlo.
Sólo la caldera pesa más de 3 toneladas.
Además, son soldados y caballeros franceses, y no puede privarse de algunas menudencias. La expedición Marchand parte con 5 toneladas de carne en conserva, 1.300 litros de vino tinto, 10 toneladas de arroz, una tonelada de café y, por supuesto, varias cajas de Champán y foie gras.

 
Vamos, que van ligeros de equipaje.
A esto se suma 70.000 metros de tela de vivos colores o 16 toneladas de abalorios (perlas venecianas) para engatusar a los indígenas que se puedan encontrar en el camino.

También llevan una pianola, que sufrirá los rigores de un viaje de casi un año y medio. Más de 600 toneladas de material, que habrá que transportar a pulso buena parte del camino. Por ello Marchand “invita” a miles de porteadores negros a que se sumen “de buena gana” a la expedición.

Son 16 meses de penurias, de enfrentamientos y enfermedades, de bosque y desiertos, hasta que el 10 de julio de 1898, tras 5.500 kilómetros de pesadilla, llegan al poblado de Fachoda.
 
 
Y allí no hay nadie.
Dos expediciones francesas habían partido desde el oeste, desde Yibuti, y deberían estar esperándoles. Sin embargo hubo un serio contratiempo: el rey de Etiopía les había impedido el paso por su territorio.
Tras una breve guerra con los lugareños, que no entendían que una tierra en la que habían vivido durante generaciones pasaba a ser protectorado de Francia, la bandera tricolor hondea en el fuerte semiderruido de Fachoda. Los franceses se instalan lo mejor posible.
Dos meses más tarde, el 18 de septiembre, Marchand ve llegar una flotilla de 5 cañoneros británicos, liderada por el comandante Horatio Kitchener.
Kitchener, que hablaba francés con fluidez, pone pie en Fachoda vistiendo el uniforme del Ejército egipcio, y se dirige con cortesía hacia su adversario francés. La guerra en Europa depende de lo que pase en los próximos 5 minutos.
Ambos comandantes mostraron una moderación increíble, y gran firmeza a la hora de defender sus derechos sobre el territorio. Marchand se opuso a que hondeara la bandera de Egipto, y Kitchener le advirtió de las consecuencias: sus fuerzas eran muy superiores. Marchand no se arredra lo más mínimo: “eso habrá que comprobarlo luchando”.
 
A Kitchener le cae bien Marchand. Tras pensárselo un momento le propone esperar instrucciones de sus respectivos gobiernos; “nosotros somos soldados y no diplomáticos”, llegó a decir.
Y, acto seguido, invitó a Marchand a un Whisky calentorro con soda. Después de haber atravesado Africa y pasar por todo tipo de penalidades, Marchand deja escrito en su diario: “uno de los más grandes sacrificios que he hecho por mi patria fue beber ese alcohol horrible con sabor a humo”.
En cumplida respuesta, invita al inglés a Champán tibio. Kitchener, admirado de las flores, las huertas con lentejas o la pianola, exclama: “Verdaderamente, lamento que nos seáis inglés”.



Los ingleses les entregan a los franceses periódicos de hace pocos meses; saben de un escándalo que ha estallado en Francia, el “caso Dreyfus”.
 Casi dos meses más tarde, Francia e Inglaterra, que han estado a punto de llegar a la guerra, llegan a un acuerdo en el reparto de África, y el 3 de noviembre Marchand recibe órdenes de retirarse. Para que no haya deshonra, se aducen razones de salud del propio comandante francés. Kitchener le propone a su amigo que vuelva en una de sus cañoneras; en unas pocas semanas estará de vuelta en casa. Marchand se niega; lo considera casi un insulto. Pide permiso a su gobierno para completar la travesía por África, carga con barco, pianola y demás enseres y, 6 meses más tarde, alcanza la costa oeste.



El 14 de Julio de 1899 él y sus hombres recibieron un homenaje nacional en París.


Epílogo
Cinco años más tarde, el 8 de abril de 1904, el entendimiento que había comenzado en Fachoda fructifica en la firma de lo que se denominó el “entente cordial” entre Francia e Inglaterra. Tras ocho siglos de lucha, las dos potencias son aliadas.
Se hace tarde, y tras un día agotador David Lloyd George, ministro, que llegará al cargo de primer ministro doce años más tarde, se dirige a su casa. Pero antes decide hacer una breve parada, y le indica a su cochero que se dirija a Charles Street.
Se anuncia al mayordomo de Lord Rosebery, noble y político ya retirado, ex primer ministro.
El conde lo recibe en su gabinete. En una vitrina se ven los tres trofeos que Rosebery ganó con sus caballos Ladas, Visto y Cicerón. Se dice que de joven Rosebery afirmó tener tres propósitos en la vida: ganar el Derby, casarse con una rica millonaria y llegar a Primer Ministro.
Consiguió cumplir con su reto.
El ya anciano estadista recibe al joven político con una expresión extraña en el rostro.
 
“Bueno, supongo que estás tan contento como los demás con este acuerdo francés”.
 
Lloyd George le confiesa que lo está, en efecto.
 
“Estás completamente equivocado.
¡Significa que al final habrá guerra con Alemania!”
 

Fechas, lugares y personas. Y aprender de los errores.
Antes de que sea tarde.

Antonio Carrillo

martes, 4 de marzo de 2014

Opiniones sobre este blog




Algunos amigos han opinado sobre este (nuestro) foro.

Y digo nuestro porque, si algo queda de todo lo dicho, es que este blog no me pertenece. Algo queda en mis pacientes lectores.

Que otros sueñen con riquezas o premios. Yo me quedo con estas cuantas líneas.

Gracias. De corazón.


Michel XR MAURICE. Traductor. España

Siempre que puedo, buceo en el blog de Tradux. Cuando no puedo, lo echo de menos, pero luego me doy auténticos atracones. Le estoy sumamente agradecido a Antonio por seguir escribiendo así y sobre temas tan variopintos. A veces la calidad de los originales que toca traducir (o interpretar) (o consultar) es tan escasa que cuesta creer que alguien se haya molestado en publicarlo. Con él es todo lo contrario: sabe a poco. Ojalá algún día pueda compartir aunque sea un café con tan humana persona.


Fermín González Ruiz. Psicólogo Clínico.  España

Brutal.


Amaia Gomez Goikoetxea, socia fundadora, gestora de proyectos, traductora, revisora e intérprete en aticompany. España

Creo que con deciros que la información a la que he llegado a través de alguna entrada del blog de TRADUX (con el permiso de su autor) me ha servido como parte del material utilizado para preparar alguna ponencia en el ámbito de la traducción especializada, os digo todo sobre la calidad de los contenidos que podéis encontrar en este blog. Evidentemente, os recomiendo su lectura, estoy segura de que disfrutaréis y aprenderéis a la par. :)


N. Nancy Pacheco Cabrera, Asesoría y Consultoría a Empresas en Profesional Independiente. Coordina y dirije grupos de Biblioterapia de Desarrollo. Uruguay

Leer alguna nota en el Blog de Tradux es, en mi opinión, un regalo para la mente, los sentidos y el espíritu. De todas las notas que he leído y me deleitaron, deseo destacar una que realmente amo. La releo con frecuencia, es un hermoso, sublime y profundo paseo, en el que magistralmente toca y trae la filosofía, la música, la anatomía, la fisiología, la medida áurea....y más, y sigue su elegante vuelo en forma de una adorable espiral ascendente. La espiral mágica, es el nombre...Mágico blog!
 

María del Carmen Calderón Berrocal, Historiadora. Archivera. Perito judicial calígrafo. España

Siempre encontraréis algo de interés en este blog. Un saludo



Peter Maude, Broadcast Journalist, BBC World News Television en BBC Reino Unido
 
El blog de Tradux es simplemente legendario, como su autor....


Martin D Cernadas, Colaborador en TOL Ediciones. Argentina

Cuando leo alguna nota del blog de tradux, mi día se embellece porque quizás aprehendo algo, o redescubro algo que ya sabía pero había olvidado. Si no es una nota, quizás son fotos de ramas de los árboles que me hacen sentir lo que siempre siento, una y otra vez. Y cuando me llega una flexión, una re-flexión del misterio, es como oler esas hierbas caminando por las serranías del lugar que más quiero.

Así es el blog de Tradux

 
Marcelino Covarrubias Sánchez-Mejorada, Corporate Communications Manager & P.R. en Northridge School. México

El blog de Tradux rompe con los esquemas de la comunicación corporativa, no habla exclusivamente de la historia de la empresa, ni siquiera se ciñe exclusivamente a temas de traducción. Esto es así porque el autor del Blog, Antonio Carrillo Tundidor, tiene muy claro que la identidad de una empresa no se reduce a lo que hace, ni siquiera a su historia. La identidad de una empresa viene de las personas que la forman, y por tanto, parafraseando a Terencio, "nada de lo humano le es ajeno".

 
Guillermo Perez Frechoso, Senior Technical Support Engineer en Electronic Business Spain SL España

No suelo ser un usuario asiduo de blogs, si acaso de forma muy puntual buscando determinadas informaciones... Esto no me ocurre en el caso del Blog de Tradux, que me engancha con las curiosidades más variadas y originales del mundo que nos rodea. Consigue captar tu atención con abstracciones que te hacen reflexionar sobre otros posibles puntos de vista completamente aceptables. Lo aborda todo: lo relacionado con su sector profesional, ciencia, la filosofía, temas sociales, culturales, etc.

 
Pablo Gustavo Rodriguez, Secretario en Asociación Latinoamericana de Investigación Cualitativa (ALIC) Argentina

En pocos sitios se encuentra información tan diversa, relevante, interesante, bien documentada y escrita de forma amena, digamos literaria, como en Tradux. Realmente no sé dónde la sacan ni cómo la consiguen pero siempre es un placer leerlo. Una imagen de la humanidad pintada a partir de historias mínimas y no de grandes relatos.

 

ANAISE GOMES DE ALMEIDA, TRADUTORA-INTÉRPRETE en FREELANCE TRANSLATOR AND WRITER, BRASIL

Recomiendo y invito a todos los interesados ​​en el conocimiento y la búsqueda incesante de nuevos horizontes del saber para visitar EL BLOG TRADUX, espacio de intercambio pensado por Tundidor, verdadero oasis en este entorno, la lectura que enriquece y edifica el espíritu. Yo mismo tengo aprendido mucho.


JULIA B., JEFA DE CONTABILIDAD EN SEIASA. MADRID

Recomendable para mentes inquietas que quieran permanecer despiertas. Siempre es un placer leerte.


 Antonio Carrillo
(En la fotografía, tomada en invierno, reviso un escrito sentado en una bodega de finales del siglo XV, incorporada al salón de una casa antiquísima. Acabo de visitar el observatorio astronómico más importante de la Península Ibérica. A la pregunta: ¿de dónde me viene la inspiración para escribir sobre asuntos tan dispares? he querido insertar esta fotografía como ejemplo. La vida está llena de contrastes maravillosos. Sólo se precisa abrir los ojos a la maravilla. Cualquiera puede hacerlo)