jueves, 29 de diciembre de 2011

Semíramis. Una mujer de armas tomar



Hace unos 2.800 años, Derceto, una diosa asiria, tuvo un devaneo deshonroso con un simple y guapo sacerdote, resultas del cual quedó en cinta. Abrumada y arrepentida, mató al padre y abandonó a la niña en el desierto. Después, se arrojó al agua, en donde sus pies se transformaron en aletas, como símbolo de su falta. Es posible que sea éste el origen de las sirenas.

Manejamos varias fuentes en esta historia de tan mal comienzo, algunas no muy de fiar. De todas formas, iremos eligiendo las anécdotas que nos parezcan más relevantes. Por ejemplo, la de las palomas.

La pobre niña abandonada no murió en el desierto, porque unas palomas que anidaban cerca del lugar en el que fue abandonada se comparecieron de la criatura, y la alimentaron robándole leche a los pastores y dándosela en sus picos; más tarde, le traían trocitos de queso. Los pastores, molestos con tanto trasiego de aves, las siguieron hasta descubrir a una preciosa niña. Un pastor de nombre Simas la adoptó como su hija, y decidió llamarla Semíramis, que en idioma asirio significa paloma.

Creció Semíramis en belleza y lozanía, al punto que llamó la atención de Oannes, general del ejército asirio y gobernador de Siria. No se conformó con acompañar a su nuevo marido en la toma de la ciudad de Bactres, sino que participó activamente en la contienda, destacándose por su valor y sagacidad. En efecto, varios autores destacan el carácter guerrero y decidido de la joven Semíramis, y los hay que, incluso, afirman su propensión a participar activamente en batalla vestida de hombre. Así, Johan Boccaccio, en su obra "De las mujeres illustres" en romance, de 1494, afirma que:

"se vistió como hombre y fizo y exerció muy ásperamente la arte militar y del campo. Y no solamente conservó el reyno de su marido, mas ahun fizo el adarbe de Babilonia y acrescentó su reyno fasta la India".

Pero hemos adelantado acontecimientos. Semíramis no es reina, sino mujer de general. Sin embargo, su actuación en Bactres llamó la atención del mismo Nino, rey de los asirios.



El monarca, extasiado por la joven guerrera, y atendiendo a los deseos de la propia Semíramis, obligó a su general a renunciar a su esposa a cambio de su propia hermana, la princesa Sosana, advirtiéndole de que si no aceptaba el trato le arrancaría los ojos. Oannes, que no debía de tener un día especialmente lúcido, entre cambiar de esposa o perder la vista, optó por una tercera opción: se quitó la vida. 

Y es así que Semíramis se convierte en reina, y acompaña a Nino en su triunfal campaña contra Mesopotamia. Engendró un hijo del rey, de nombre Ninias, y se solazó en sus sueños de grandeza: iba a trasladar la corte a la famosa Babilonia, la joya del mundo.

Sin embargo, su regio esposo no compartía esos sueños de grandeza; a él le gustaba Assur, ciudad más modesta y sobria, acorde con su talante batallador y espartano. Comenzaron las disputas conyugales en palacio, que fueron subiendo de tono hasta que, finalmente, Semíramis decidió imponer su criterio a su manera: con la ayuda de unos cortesanos asesinó a su marido, y con apenas veinte años gobernó el imperio asirio.  



Por supuesto, de inmediato se trasladó (a toda prisa) la corte a Babilonia, en donde Semíramis comenzó un proyecto urbanístico impresionante. Rodeó la ciudad con murallas de 12 metros, que se adornaron con 150 Torres. Construyó un puente sobre el río Eúfrates y un muelle para el comercio de 30 kilómetros, amén de muchos templos, palacios, caminos y acueductos. Fue bajo su mandato que se construyeron los famosos jardines colgantes, una de las ocho maravillas del mundo antiguo.



Fue una mujer de fuerte carácter. Se cuenta que una mañana, mientras tomaba su baño, le comunicaron que había conatos de rebelión en la ciudad. Enfadada, salió a la calle a medio vestir y se enfrentó ante la multitud, a la que convenció con su elocuencia. Nada más terminar, regresó para retomar su aseo matutino.



Tuvo fama de casquivana y licenciosa, hasta extremos que nos cuesta relatar. Dejemos que sea Johann Boccaccio quien hable por nosotros:

"Esta vellaca mujer ensuzió con una sola suziedad y flaqueza, ca en[c]endida entre otras de una continua comezón de luxuria, la desaventurada, según se cree, se dio a muchos, y entre sus enamorados se cuenta su mismo fijo, mancebo de muy fermosa disposición. El qual, después de haverse echado con su madre y havido parte con ella por lugar no devido, cosa por cierto más abominable y bestial que humana, mientra ella sudava peleando contra los enemigos en el campo estava él con la pierna tendida, ocioso en el thálamo y strado".

Semíramis aparece nombrada en la Divina comedia como poderosa emperatriz y desenfrenada en el vicio de la lujuria. De hecho, y siempre según Dante, promulgó el placer como lícito entre sus leyes para así exculparse de la infamia que había cometido.



En lo que todos los autores concuerdan, incluido el famoso Herodoto, es en su impulso guerrero. Todo comenzó con una revuelta en Media. Después de sofocarla, y ya lanzada a la guerra, inició un plan de conquistas que le llevó a someter a Persas, Libaneses, Etíopes, Armenios, árabes o Egipcios, prácticamente la totalidad de su mundo; e incluso se atrevió a invadir la India, y fue capaz de llegar hasta el río Indo. Pero fue derrotada por los elefantes, y resultó herida. Finalmente, regresó a palacio con los agotados restos  de su ejército. Era la soberana más poderosa de la historia.



Para dejar constancia de sus hazañas, puso estelas por donde pasaba, y según cuentan Alejandro encontró algunas 500 años más tarde, cuando retomó el camino de la reina asiria. En una estela, Semíramis se vanagloriaba de haber contemplado cuatro océanos.

Un oráculo había predicho que Semíramis debía reinar hasta que su hijo conspirase contra ella, y, en efecto, a su regreso se enfrentó a la traición de su vástago. Semíramis debía de estar agotada; tenía 62 años y había reinado durante más de cuarenta. Sofocó la revuelta de su hijo, pero abdicó en él y se exilió.

¿Y el final? Poco sabemos. Según la leyenda, Serímaris volvió a sus orígenes de niña pastora abandonada, se convirtió en paloma y salió volando hacia el ocaso.


Sacado de luzdeandromeda


En paz.
 

Antonio Carrillo  

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Sobre la navidad



Prácticamente todo lo que voy a decir es sabido por todos ustedes. Bien lo sé. Sin embargo, siempre cabe la esperanza de que le aguardarle una sorpresa en un párrafo, que surja el asombro en una frase. Es por ello que le animo a seguir leyendo.

Los primeros cristianos consideraban la fecha del nacimiento de Cristo un suceso menor, del que apenas se ocupan los Evangelios. Las creencias paganas, tanto romanas como griegas o egipcias, sí celebraban con grandes festejos el natalicio de dioses, faraones o emperadores. Lo importante en Cristo es su muerte, su sacrificio por la salvación del hombre. De hecho, su símbolo (aparte de otros, como los peces, grabados en las paredes de las catacumbas de Roma) es la cruz en la que expiró. Orígenes es claro al respecto: "No vemos en las escrituras que nadie haya guardado una fiesta ni celebrado un gran banquete el día de su natalicio. Sólo los pecadores, como Faraón y Herodes, celebraban con gran regocijo el día en que nacieron en este mundo"

Además, ¿cómo se puede celebrar una fecha de la que se sabe tan poco? Ningún evangelio es claro al respecto. Resulta difícil saber el año porque, y esto resulta incontestable, los pocos datos sobre el nacimiento de Cristo que aportan los evangelios y la verdad de los hechos históricos resultan incongruentes con el calendario cristiano que seguimos en la actualidad. Cristo no pudo nacer el año cero; o, si se quiere, Jesús nació 5 ó 6 años antes que Cristo ¿Por qué lo sabemos?

Dice el Evangelio de San Mateo que Herodes regía en Judea el año que nació Cristo; pero lo cierto es que ese gobernante murió 5 años antes del año cero de nuestra era. Además, tenemos otro dato fácil de datar: José se encontraba de viaje con su mujer a punto de dar a luz porque tenía que obedecer la orden de César Augusto de someterse a un censo. Ese censo (que aparece en múltiples crónicas y está bien datado) se produjo 6 años antes de que Cristo naciera. Por cierto: Augusto supo entonces que gobernaba sobre 50 millones de personas, un dato impresionante. Otro emperador, el andaluz Trajano, gobernó más tarde sobre 100 millones de almas. No se me ocurre mejor ejemplo del extraordinario suceso que denominamos "Pax Romana". 

Pero volvamos: estamos en el siglo IV, y las cosas han cambiado mucho desde las primeras congregaciones cristianas. Han transcurrido siglos desde la muerte de Cristo, y la "parusía", la creencia fuertemente instaurada sobre el inminente regreso de Cristo, había perdido fuerza. Era imperativo construir y consolidar un cuerpo normativo y doctrinal que afrontara con garantías de firmeza tiempos convulsos y nuevas responsabilidades. El cristianismo se convierte en la religión oficial del Estado, y debe rellenar huecos festivos fuertemente arraigados en el imaginario popular desde hace milenios. Por ejemplo, el festejo que coincide con el solsticio de invierno, el 25 de diciembre. La fecha en la que nació el hijo de Isis, la diosa egipcia del firmamento, y otras muchas deidades de la antigüedad.



En Roma la celebración comienzan el 17 de diciembre, con el inicio de las saturnales. Son momentos de jolgorio y alegría, en los que incluso los esclavos podían descansar y divertirse. Probablemente tiene su origen en antiguos ritos agrarios, cuando se celebraba el final de la siembra. Tras al esfuerzo, venía un merecido descanso.

Es la época más oscura del año en el hemisferio norte, con menos luz, y las casas se llenaban de velas y antorchas, se adornaban con plantas puertas y enseres, y las familias aprovechaban para reunirse y hacerse regalos. Se organizaban cenas en casas de amigos y vecinos. Los "gremios", como el de los vigiles, celebraban grandes fiestas, como si banquetes de empresa se tratara. Las borracheras eran considerables. Nos recuerda a una Navidad mezclada con una celebración del nuevo año.


El emperador Constantino y el Papa Silvestre decidieron aprovechar tales festividades para instaurar el nacimiento de Cristo la noche del 24. Con ello, mandaban un mensaje significativo: Cristo nació el mismo día que el antiquísimo "sol invictus", una figura pagana con fuerte implante. De hecho, Constantino decretó el año 321 que el día romano de descanso sería el "dies solis", que correspondía a nuestro domingo. Además, Cristo nacía el día en que nació Mitra, un culto procedente de Oriente muy importante y arraigado, especialmente, entre los soldados.

Y satisfacer al ejército siempre ha resultado una medida inteligente, qué duda cabe

La celebración de la navidad es, por consiguiente, un asunto controvertido, especialmente entre los cristianos reformistas, que no ven en la Biblia indicación alguna al respecto. Es curioso observar cómo en la Ginebra de Calvino se multaba o encarcelaba a las personas por celebrar la Navidad. (También se golpeaba a las mujeres que llevaban la falda algo más corta o con un adorno de más, pero esa es otra historia). El Parlamento inglés de 1664, dominado por Oliver Cromwell, aprobó un proyecto de ley prohibiendo la Navidad, denominándola un "día festivo pagano". Esta prohibición se levantó en 1660, cuando "los puritanos" perdieron el poder. Por cierto, en Inglaterra sigue vigente una ley de 1551 que obliga a ir a la iglesia el día de Navidad "sin utilizar vehículo alguno". Ignoro la razón.


Pero entonces, en definitiva, ¿cuándo nació Jesucristo? Si de algo estamos seguros es de que no fue en invierno. El evangelio de San Lucas afirma de forma taxativa que "cuando Él nació, había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño” (Lucas 2.8). Esto jamás pudo haber acontecido en la región de Judea en el mes de diciembre, con heladas nocturnas y temperaturas muy bajas durante el invierno. Los pastores resguardaban sus rebaños a mediados de octubre y no los exponían a la intemperie hasta bien entrado el mes de marzo. Por tanto, como muy pronto, Jesús nació en primavera.

Pero vayamos acabando, no sin antes mencionar algunas curiosidades y anécdotas relativas a elementos típicos de estas fechas:

Papá Noel o Santa Claus tiene su origen, según la Enciclopedia Británica, en San Nicolás, obispo de Mira. Hay una leyenda leyenda según la cual "regalaba clandestinamente dotes a las tres hijas de un ciudadano pobre, lo cual dio origen a la costumbre de obsequiar regalos en secreto la víspera del día de San Nicolás (6 de diciembre), fecha que después se cambió al día de Navidad”. En otros lugares, como España, los regalos los traen los Reyes Magos, lo cual resulta francamente inconveniente para los niños, porque sólo tienen dos días de vacaciones de Navidad para disfrutarlos. Pero, traumas infantiles y polémicas aparte, un dato: le propongo que busque el nombre de los Reyes Magos en los evangelios canónicos. No los encontrará. Melchor, Gaspar y Baltasar aparecen en el apócrifo evangelio armenio de la infancia. También es el protoevangelio de Santiago el que nos informa de que el Niño Jesús estaba acompañado de un buey y una mula. Los evangelios apócrifos, prohibidos por la iglesia, nos aportan por consiguiente detalles o anécdotas que damos por absolutamente ciertas.

En todo caso, sepa que la imagen del Santa Claus como un obeso bonachón de barba blanca y vestido de rojo NO obedece a una campaña publicitaria de Coca-Cola de principios de siglo. Hay antecedentes claros desde, al menos, 1863, en dibujos del celebérrimo dibujante germano-estadounidense Thomas Nast, y en autores anteriores. Se utilizaba el color rojo y, en ocasiones, el verde. Lo de la Coca-Cola es, simplemente, una leyenda urbana. Como mucho, la publicidad de Coca-Cola sí ayudó a fijar una imagen y un color como definitivos e incontestables.

Muy antigua resulta, sin embargo, la tradición de decorar un árbol. Los romanos ponían en los árboles máscaras del dios Baco para que los protegiera. En diciembre, durante las saturnales, colgaban golosinas y cerezas rojas, que luego se convirtieron en bolas de colores, como tributo al dios sol. Prácticamente al mismo tiempo, las tribus germanas adornaban un árbol con antorchas el 25 de diciembre, y cantaban y bailaban a su alrededor.

El belén, por su parte, es una costumbre más antigua de lo que se cree; hay claras menciones a representaciones del nacimiento de Cristo en monasterios alemanes desde muy antiguo,  y desde la época faraónica estamos acostumbrados a ver pequeñas figuras de barro que representan escenas cotidianas, como las que se muestran en el museo Metropolitano de Nueva York. Cumplían con una función religiosa: acompañaban a los cadáveres en sus tumbas para servirlos en la otra vida.



Sin embargo, para muchos, el belén es una invención de San Francisco de Asís, que representó en 1224 una escena del nacimiento de Jesús utilizando personas reales. Lo cierto es que, durante siglos, los belenes estuvieron restringidos prácticamente a los monasterios franciscanos y los conventos de las Clarisas. Mucho más tarde, durante el siglo XVIII, el monarca napolitano y luego español, Carlos III, popularizó la construcción de belenes, gracias en buena manera a su esposa alemana María Amalia de Sajonia.

Mucho antes, en plena edad media, surgen los primeros poemas en romance castellano. Fueron coplas cantadas por los habitantes de las villas sobre temas navideños. Son los Villancicos, o "canción de villanos". Estas coplillas navideñas se hicieron muy populares durante el siglo XVIII y XIX.


Según algunos, también del siglo XVIII proviene un dulce que representa la Navidad: el turrón. Su origen habría que buscarlo en 1715, en el asedio de Barcelona durante 14  largos meses por las tropas de Felipe V durante la Guerra de Sucesión. Un pastelero, de apellido turró (o Turrós), pergeñó una manera de producir un alimento altamente nutritivo y que no se estropeara fácilmente. Pero, si hemos de ser fieles a la verdad, lo cierto es que hay referencias fidedignas sobre este alimento desde, al menos, el siglo XV; y es casi seguro que se trata de un invento procedente de Arabia.

Y, por último, de nuevo Carlos III; en realidad, su ministro de hacienda, el Marqués de Esquilache, quien funda la lotería de Navidad. El primer sorteo se celebra el 10 diciembre de 1763, basado en el juego napolitano de lotto. Por cierto, un dato que asombra: los niños del colegio de San Ildefonso participan en el sorteo desde 1771 hasta hoy en día. El primer niño en cantar un gordo se llamaba Diego López.  

Mañana es el sorteo: mucha suerte.

Y feliz Navidad a todos. 

Antonio Carrillo


lunes, 19 de diciembre de 2011

Historias de edificios

Flatiron, o la lujuria del viento





El edificio Fuller se terminó en 1902, y enseguida se convirtió en un icono de Nueva York. En la confluencia de la quinta avenida y Broadway, Daniel Burnham, arquitecto de la escuela de Chicago, se encontró con un reto difícil: el solar tenía una forma triangular, con uno de sus ángulos especialmente estrecho.

Como resultado, la ciudad vio asombrada cómo se erigía un edificio estilo Beaux-Arts enorme, con 87 metros de altura y forma de cuña, con elementos decorativos renacentistas italianos y franceses en si fachada. En su extremo redondeado, el Fuller sólo tiene una anchura de dos metros, y asemeja a una enorme columna griega. Sin duda, es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. 

Su tamaño y su extraña forma provocó que los ciudadanos apostaran sobre cuándo lo derribaría el viento y dónde acabarían los escombros. Además, le dieron el apodo de "Flatiron", por su parecido a las planchas domésticas de principios de siglo. Con ese nombre se conoce hoy en día.

Hay una anécdota muy divertida: la forma aerodinámica del edificio produjo un enorme efecto túnel de viento calles arriba. En efecto, el viento soplaba con gran fuerza, y levantaba las pesadas faldas de las damas, mostrando sus tobillos.

Nos encontramos a finales del puritanismo victoriano que protagonizó el siglo XIX, y los tobillos de una mujer resultaban, por decirlo suavemente, francamente turbadores. Ello produjo que, a lo largo de la calle 23, se apostaran una cantidad considerable de "mirones". Finalmente, la policía tuvo que intervenir, apostando un contingente en la zona y expulsando a los hombres. De esta acción nació la famosa expresión neoyorquina "Twenty-three skiddoo" (“largarse de la veintitrés”), que hoy se utiliza en los estadios para burlarse de los seguidores del equipo rival.



La casa danzante de Praga






The Dancing House, o casa danzante, es una edificación extremadamente "peculiar" del año 1996, obra de Vlado Milunic y del famoso Frank O. Gehry, el arquitecto autor del museo Guggenheim de Bilbao. 

En 1994 el ex primer ministro checo Vaclav Havel era dueño de una casa junto al río Moldava, y decidió aprovechar un solar colindante que había quedado vacío tras los bombardeos de 1945. Enseguida el banco ING se unió al proyecto, al que destinó una importante cantidad de dinero. Contactaron con el arquitecto Jean Nouvel, el cual rechazó el encargo debido a la escasa superficie construible del solar; Frank Gehry, sin embargo, sí aceptó la colaborar con Milunic, arquitecto de Havel.

La intención de ambos arquitectos era la de crear un edificio que, desde cualquier perspectiva, diera la impresión de estar bailando. Para ello, diseñaron un edificio lleno de curvas. De hecho, se la denominó en un principio “Fred y Ginger”.

La casa desató desde el principio una enorme polémica entre partidarios y detractores; éstos últimos le pusieron el sobrenombre de “Drunk House". Es fácil adivinar el porqué.

Hoy podemos afirmar que los partidarios de la casa danzante han ganado la batalla, y la casa es un icono del orgullo de una Praga moderna. De hecho, el año 2005, el Banco Nacional Checo emitió una moneda de oro en honor a esta casa, conmemorando el lema “10 siglos de arquitectura”. Y, aunque resulte asombroso vistas las imágenes, los que la han visto aseguran que, de alguna manera, esta amalgama de curvas en absoluto desentona con el resto de edificios que embellecen las orillas del Moldava.





Una casa estrecha defendida a bastonazos




Calderón de la Barca era un autor de prestigio y persona de rango en el Madrid del siglo XVII, y le correspondía vivir en la calle más importante: la calle Mayor. En el número 61 vivió Calderón durante dieciocho años, hasta su muerte el 25 de mayo de 1681 (apenas a 20 metros de donde estamos escribiendo estas líneas). 

La casa en sí merece una visita. Es conocida como "la casa estrecha", debido a sus reducidas dimensiones; tiene una fachada de apenas 4 metros y 36 centímetros de ancho, que permite albergar un único ventanal a la calle. 

La casa tuvo como adalid y defensor a la figura de Mesoneros Romanos, cronista oficial y bibliotecario perpetuo de la Villa de Madrid. En 1859, un grupo de obreros se disponía a derribar la "casa estrecha", como se había hecho con la mayoría de las casas del XVI y XVII. Pero hete aquí que los operarios se encuentran en la entrada a un individuo esperando a la entrada de la casa. Comienza a exhortarlos a gritos para que abandonaran su empeño y, dado que sus peticiones no surtían efecto, blandió su bastón y salió corriendo tras los aterrados obreros calle abajo. El 28 de octubre de 1859 Mesoneros logró que se inaugurara una lápida conmemorativa de mármol blanco, ubicada en el muro exterior de la primera planta, en la que reza esta sencilla leyenda: "Aquí vivió y murió Don Pedro Calderón de la Barca".

Unos años más tarde la casa sufrió una profunda remodelación; pero su tamaño sigue siendo el mismo, y la lápida conmemorativa sigue en su fachada.

Y para acabar, ya que de una casa minúscula hemos hablado, veremos tres excesos:


Wynn Resorts: el exceso I




Hay dos organismos de calificación que ofrecen una valoración de la categoría de los hoteles: Mobil (estrellas) y AAA (diamantes). 

Sólo hay un hotel con casino en el mundo que puede enorgullecerse de tener cinco estrellas Mobil y cinco diamantes AAA: el Wynn Resorts. De hecho, fue el primer hotel cinco estrellas en Las Vegas.

Este monstruo mayor que 500 campos de fútbol dispone de 2.716 habitaciones, miles de villas privadas, casino, centro de convenciones, playa privada (en el desierto), centro comercial, campo de golf, espectáculos, deportes de todo tipo, incluso acuáticos... y todo lo que pueda imaginar.

Pero si lo traemos a este espacio es porque, en algunos foros, se lo considera el edificio más caro del mundo. Su construcción costó 2.700 millones de dólares del año 2005, unos 1.970 millones de euros.


Kingdom Tower. El exceso II



En abril de 2011 el gobierno de Arabia Saudí dio la noticia: la firma de arquitectos Adrian Smith+Gordon Hill llevará a cabo la construcción en Jeddah de la Kingdom Tower, el mayor edificio del mundo, una construcción de 1.000 metros de altura que costará unos 900 millones de euros y estará finalizada para el año 2016. Forma parte de un proyecto de transformación de Jeddah en el que se invertirán 14.000 millones de euros.

Para que se haga una idea, si la Kingdom Tower fuera un edificio corriente, tendría 366 pisos de altura. ¿Se imagina un ascensor con 366 botones que pulsar?

En realidad no se va a ocupar la superficie completamente: los últimos metros se reservarán para los equipos de mantenimiento y energía. Se calcula que, a una velocidad de 6 metros por segundo, los ascensores tardarían 4 minutos en llegar al ático. En principio, lo ingenieros desaconsejan subir más rápido: los pasajeros se marearían.

Esto plantea en principio un problema de normativa. Por ejemplo, en España la norma EHE 08 establece que ningún pasajero puede pasar más de 60 segundos en un ascensor. ¿Cómo se soluciona este problema? Ocupando ascensores en tramos de 59 segundos, y tomando otros ascensores las veces que haga falta; es decir, para llegar a lo alto de la Kingdom tower habría que hacer a menos cuatro “trasbordos”.

Ahora bien, los arquitectos han anunciado que el edificio contará con 59 ascensores que subirán a una velocidad de 10 metros por segundo, y que serán necesarios apenas dos minutos para llegar a la cima, sin paradas. Habrá que esperar para saber la tecnología que utilizarán en este macroproyecto.


La fábrica Boeing. El exceso III



Boeing es el primer fabricante de aviones del mundo, y su sede central se encuentra en Chicago.

La compañía fue fundada en 1916 por William Edward Boeing, un estudiante de Yale que se había hecho rico con el negocio de la madera. Sus conocimientos técnicos sobre estructuras de madera resultaron de gran utilidad a la hora de construir aviones en los inicios del siglo XX. Los inicios, como suele ser normal en estos casos, fueron humildes: la compañía se fundó en un viejo granero hecho de madera que recibía el nombre de “el granero rojo" (Red Barn). En la actualidad es un museo.

Hoy en día, la principal fábrica de Boeing, la factoría Everett, inaugurada en 1967, abarca un área de 398.000m2 con un volumen interior de 13,3 millones de metros cúbicos y un perímetro de 3,5km. Es el mayor espacio cerrado del mundo, y en él se han fabricado 3.000 aviones, fundamentalmente el inmenso 747 Jumbo. En este lugar trabajan 25.000 empleados. 

Lo mejor es poner un ejemplo: podríamos colocar el parque Disney de California en su interior, y aún sobraría espacio. Es un espacio gigantesco, en el que se montan enteros algunos de los mayores aviones del mundo.

Para poder introducir las grandes piezas que viene pre ensambladas y luego sacar los aviones finalizados, el edificio dispone de 6 puertas de 25m de alto por unos 100m de ancho.

Antonio Carrillo