jueves, 24 de enero de 2013

Las avispas del infierno



¿Tiene rostro el mal?

Desde luego, pero siempre bajo criterios éticos. Por ello, siempre será un rostro humano.

Por desgracia, tienen donde elegir.

Y, sin embargo, desde las profundidades de mi amígdala, y por mucho que mi corteza cerebral insista en que es absurdo otorgarle categoría moral a un animal, el mal lo asemejo al "rostro" de un enorme avispón, un monstruoso insecto de 5 cm, enorme y agresivo. Su nido es mayor que un balón de fútbol.

El avispón asiático gigante.

 

La avispa más grande del mundo, conocida en Taiwán como "abeja del tigre", es una máquina de matar asombrosa: tiene un temperamento muy agresivo, unas mandíbulas poderosas, armadura y uñas tarsales para agarrar a sus víctimas mientras las devora.

National Geographic las califica como “las avispas del infierno”

Su aguijón de 6 milímetros inyecta un poderoso veneno, que contiene una enzima capaz de disolver el tejido humano. Su picadura es extremadamente dolorosa, y peligrosa para las personas alérgicas a su veneno. Este insecto es el animal que causa más muertes de humanos en Japón.


Buscan comida en colmenas de avispones comunes o abejas europeas importadas a Asia. Masacran a una comunidad de miles de individuos en cuestión de pocas horas; cuando llegan a las larvas y a las crisálidas, las exprimen para devorar los fluidos de su interior. Pueden matar 40 abejas por minuto, dejando a la mayoría agonizando, cortadas por la mitad. Lo normal es que mueran decenas de miles de abejas europeas, en una matanza terrible.

¿Se imaginan un monstruo así en España?

Según múltiples foros, incluso de periódicos, en noviembre del 2010 se detectó en en norte de España el primer nido de lo que parecía el avispón gigante asiático. A finales de 2004 se encontró un nido en un contenedor, en el puerto de Burdeos, que contenía porcelana china. Hoy se encuentran avispas asiáticas en Portugal, Navarra, Valencia o el País Vasco.

Sin embargo, seamos serios: las imágenes se corresponden, en efecto, a la "avispa asiática" (Vespa velutina nigrithorax), y no a nuestro terrible "avispón asiático gigante" (Vespa mandarinia). Se puede distinguir el abdomen negro con un único anillo amarillo. Es una especie mucho más pequeña; y aunque puede causar daños en la apicultura, su peligrosidad es mucho menor.
 

 
Terminamos con una anécdota sorprendente. Las abejas japonesas (Apis cerana) han diseñado un sistema de defensa increíble contra el avispón gigante: los matan de calor.

Cuando las abejas detectan a un avispón explorador, lo invitan a entrar en el nido. Una vez dentro, sobre el monstruo se abalanzan unas 500 abejas, que crean una bola alrededor del atacante, que se queda inmóvil. Las abejas comienzan a vibrar los músculos de las alas, y la temperatura en el interior de la estructura sube hasta alcanzar los 47ºC. Es increíble, porque el avispón muere por asfixia y asado a los 46ºC, y el límite de la abeja está en los 48ºC. Por tanto, hay una sutil diferencia de 2ºC, que las abejas utilizan para matar a sus enemigos.
 

 
Este mecanismo de defensa no lo tienen adquirido las abejas europeas, indefensas ante “las avispas del infierno”

Antonio Carrillo.

1 comentario:

  1. Esta información és fascinante, gracias por compartirla, realmente esas avispas són "demonios" para las abejas e incluso para los humanos...

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