miércoles, 2 de noviembre de 2011

De padres que quieren ser amigos de sus hijos




Vivimos tiempos confusos, una época de cambios en la que respeto, el "usted", ha desaparecido en aras de un igualitarismo totalitario.

Estamos inmersos en una sociedad falta de matices, de fórmulas de cortesía y ritos de paso. La educación, el civismo, es un ejercicio en desuso. Los niños desprecian a los maestros e ignoran a los padres, incapaces de hacerse respetar. Los vecinos apenas se saludan, y la ciudad nos engulle en una bruma de rostros serios y gestos insolidarios: es raro que alguien ceda su sitio en un transporte público, que se dispense un trato cortés al cliente, que un funcionario atienda una reclamación con paciencia y educación.

Hastiados, bajamos la mirada.  Deambulamos anónimos incluso en nuestro portal, en nuestro barrio. La identidad se ha disuelto en un marasmo de confusión. La masa lo engulle todo e impone un código de valores infantil y precario. Adocenados, dejamos que nuestra vida transcurra por senderos trillados, desbrozados.

A cambio de nuestro voto, de nuestro afán de consumo, nos apartan todas las piedras del camino.

Tranquilos, ya piensan por nosotros.

Les invito a ver esta presentación:

http://xa.yimg.com/kq/groups/19489871/939374938/name/Hijospreferidos.pps


Y díganme: ¿están o no de acuerdo?

Claro que no. Todo lo anterior es una exageración, un absurdo. Ni usted ni yo permitiríamos algo así.

¿No es cierto?

Antonio Carrillo

3 comentarios:

  1. Gracias por esta reflexión de educar con firmeza y respeto!!

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  2. De acuerdo en todo, lo vivo,lo padezco lo ejerzo día a día.
    Urgente un Quijote!

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