Los mamíferos son animales de sobra conocidos, que apenas
deparan sorpresas. Todo el mundo sabe que los animales más grandes que hayan
existido jamás son mamíferos; en concreto, la especie llamada Ballena Azul.
Claro que… en realidad no es una ballena.
Mamíferos, decía.
Los hay que ponen huevos: el famoso ornitorrinco.
Claro que… no es el único mamífero que pone huevos. El
equidna común y el de hocico largo también ponen huevos. Curioso éste último:
su pene termina en cuatro puntas.
Pero hablaba del ornitorrinco; un mamífero venenoso. Claro
que… no es el único. Hay dos especies más, el Almiquí de Cuba y el almiquí
Paradójico; también tienen veneno. Son animales extraños estos Solenodones,
auténticos fósiles vivientes (se han encontrado fósiles de hace 60 millones de
años).
En lo que sí resulta único el ornitorrinco es en su genética: la
mayoría de los mamíferos definimos nuestro género por pares de cromosomas (XY
en los humanos). El ornitorrinco define su género por 5 pares.
Como las aves.
Resulta que los mamíferos sí pueden sorprendernos. Por
ejemplo, yo no sabía que el sudor del hipopótamo es rojo. ¡Pero si hay incluso mamíferos
que vuelan, como los murciélagos!
Ah, que lo sabía.
Claro que… no todos los murciélagos practican el vuelo como
forma de vida. Existe un murciélago que prefiere caminar. El murciélago de cola
corta de Nueva Zelanda tiene en el suelo la fruta y los insectos que
constituyen la base de su dieta. Por ello la evolución les ha hecho adaptarse a
una existencia cuadrúpeda; tienen unas uñas inusuales en los pulgares y los
dedos de los pies; y repliegan totalmente sus alas, de manera que caminan sin
impedimento.
En fin, la riqueza de la biosfera siempre nos sorprende.
Pero volvamos a lo que era el inicio del artículo, los celebérrimos mamíferos.
Al menos una cosa sí está clara: las hembras segregan leche de sus glándulas
mamarias con la que alimentan a las crías. De ahí nos viene el nombre de
mamíferos.
Claro que… el murciélago frugívoro de Malasia es asombroso.
El macho escoge unos frutos ricos en hormonas femeninas, de manera que pueden
segregar leche y ayudar a las hembras en la tarea de alimentar a la prole.
¡Pero basta! Demasiadas excentricidades. Ahora me dirán que
el perezoso es capaz de mover la cabeza en un ángulo inverosímil, como la niña
del exorcista.
… En realidad sí puede. Tiene dos vértebras extra en su
cuello, lo que es extraordinario.
¡Basta definitivamente! Nada puedo decir más extraño.
Claro que…
Antonio Carrillo