miércoles, 25 de abril de 2018

Tesoro de palabras



Cuando conocí a mi esposa, dio comienzo una actividad frenética.

No piensen mal. Me refiero a que yo, el licenciado, presuntamente culto y al que se presumía un léxico extenso, un día sí y otro también acudía al auxilio de mi biblioteca para consultar un diccionario.

Me gusta aprender palabras nuevas, y con la que sería mi mujer todos los días me aturdía una expresión desconocida. "Te vas a engollipar", me recriminaba en la mesa; "está el coche que parece una zahurda"; "vamos a comprarle al niño una alcancía"...

Al principio protestaba: "esa palabra no existe" ¿Cómo puede existir algo como "engollipar"?  

Pues existe, con palabras tan bellas como "alferecía", "reverbero" o "alcauciles".

Mi mujer se ha educado en Cádiz, y su vocabulario es de una riqueza sorprendente. Infinidad de palabras de procedencia árabe (la mayoría con una sonoridad fascinante) y localismos de uso cotidiano le permiten alcanzar coloridos matices en la manera como se expresa. Su habla tiene viveza, un brillo propio.

El licenciado escucha embobado la más de las veces. Y aprende.

Con mi suegra, que dejó la escuela a los ocho años, estoy fascinado. Para alguien que ama las palabras su magisterio es una bendición.

En otras zonas de España, y muy especialmente de América, conviene prestar atención a la increíble variedad de nuestra lengua. Porque he observado, con enorme preocupación, que las nuevas generaciones reniegan de su acervo cultural, adoctrinadas por televisiones monótonas en su expresión y reincidentes en el error, por mensajes de móviles en los que la palabra se vuelve cicatera y gris.

Lo que siguen son un puñado, un tesoro de palabras. Un aire fresco de expresiones, andaluzas la mayoría. Testimonios del habla de mi esposa.

Y de mis padres.


Zurrapa: posos del café

Mascá: puñetazo

Alcauciles: alcachofas

Aguaviva: medusa.

Zahurda: cochinera, pocilga.

Engollipar: atragantar.

Entenguerengue: inestable, frágil.

Aljocifa: trapo

Candela: fuego 

Tintibalero: libélula en zonas de Sevilla

Avío: Ingredientes de una comida. Conveniencia. Preparativo.

Angurria. Ganas de orinar.

Chimbiri: tenedor grande. Instrumento de campo para aventar. 

Jeringos: churros en forma de rueda

Pechá: una jartá, un montón de...

Damascos: albaricoque

Cisco: pedazos pequeños de carbón

Mollate: vino 

Copa: brasero bajo una mesilla

Jarametos: Objetos estropeados (Córdoba).

Acharao: avergonzado

Quinqué: reverbero, lámpara de petróleo

Barrilete: cometa en Cádiz

Pandero: cometa en Jerez

Anafe: hornillo portátil

Piconero: hacedor de picón.

Zapatazo: dolor grande de muelas.

Papo: vagina

Picón: carbón de origen vegetal que se utilizaba para generar calor en la copa.

Arrecío: con mucho frío

Bateta: fideos planos.

Rejo: alfombra de esparto, de forma redondeada, en la que se secaba la uva. 

Guarnío: lacio, pocho.

Jipato: harto, saciado

Ahilado: con el estómago vacío 

Chamarín: Pájaro. Estar atontado

Búcaro: botijo, pimporro

Enguipá: indicar, mirar.

Cebadura: rozadura en la piel. En América, cantidad de hierba que se le echa al mate.

Morisqueta: burla con el rostro.

Papahuevos. Llevar a alguien "en borricate"; subido a los hombros

Corcujo: costura mal hecha, que provoca un bulto.

Castora: (Chipiona) chato de vino. Sombrero de copa.

Gurrina: pene

Carzo: zancadilla

Cachorreñas: naranjas ácidas, lentitud, tipo de sopa.

Enmorecer: perder aliento por un llanto intenso

Pero: manzana verde

Hocino: hoz

Cuajao: tranquilo.

Esperriao: desperdigado

Mosqueta: sangrar por la nariz

Carrucha: polea 

Chinche: chincheta.

Jardazo: caída

Escardar: escocer la parte interior de los muslos

Durazno: melocotón

Zosqui: coscorrón

Escantillado: escarmentado.

Fullero. Tramposo

Bojiga: pompa en la piel

Esnortado: persona ida, que ha perdido el norte.

Jindama: miedo

Zoberado: altillo en los campos

Cacaruca: guasa, malaje.

Sieso: antipático, culo.

Enguachisnao: empapado

Cucharrena: espumadera

Cerillos: fósforos, cerillas.

Reverbero: quinqué

Alferecía: convulsiones, soponcio.

 Cerete: ano

Chícharos: guisantes (Jerez) alubias (Sevilla)

Caliche: trozo de cal desprendida de la pared. Se utilizaban en la postguerra como complemento alimenticio, para recuperar el calcio. También se cortaban hemorragias con los caliches.

Alcancía: hucha

Casapuerta: Zaguán

Antonio Carrillo

jueves, 19 de abril de 2018

Vivo



Mi cuerpo murió hace unos 250.000 años.

Desde entonces, mi encéfalo y médula espinal viajan confinados en un cilindro de un metro de diámetro y dos metros de largo dentro de un módulo madre, en una órbita entre Urano y Neptuno. Junto con otras 500.000 almas.

Nos gusta llamarnos así: almas. Hay decenas de millones de módulos madre, que cuidan cada uno de cientos de miles de almas.  Todos los módulos están interconectados. Somos cientos de miles de millones. Y sí, estamos vivos.

En los primeros tiempos, cuando los humanos conseguimos conectar el sistema nervioso central a una red de realidad virtual y detuvimos la degeneración celular de neuronas y células glía, los primeros cerebros que se confinaron vivían una vida eterna en la simulación de una juventud sin fin y plena. Pero todos ellos acabaron psicóticos. Aprendimos que el cerebro necesita recrear la experiencia de una vida real, con sus fases de crecimiento y maduración. También de muerte. Y de dolor.

Sin la pérdida, sin el reto de la vida efímera, perdíamos la lucidez.

Las personas ahora estamos dentro de un programa que simula una vida física, corpórea. Nuestro sistema nervioso central está conectado a infinitos estímulos que activan las áreas visuales, auditivas, olfativas, gustativas o táctiles. También las motoras y las relacionadas con el equilibrio. Pero, además, tenemos simulaciones que permiten activar áreas de estímulo propioceptivo. Nos duele la tripa o la cabeza. Tenemos una percepción de nuestros límites físicos, nos sentimos individuos, desde antes de nacer.

Porque nacemos. Y morimos. Una y otra vez. El programa simula un deterioro cognitivo que acaba con la muerte; entonces hay un reseteo sináptico, y nuestro cerebro se reconfigura con la estructura neuronal de un feto de dos semanas. Detrás dejamos maridos, hijos o nietos; todos ellos encéfalos flotando en un tubo, reencarnados todos miles de veces. El padre pudo haber sido hijo hace 10.000 años. Nadie lo sabe, porque no recordamos nada. Creemos que es real. Quizás lo sea. Todo es aleatorio. Elegimos pareja, nos relacionamos, procreamos activando los estímulos adecuados en el cerebro y un nuevo sistema nervioso, de los miles disponibles en ese momento, pasa a ser nuestro hijo o hija. Ponemos la mano sobre el vientre abultado de nuestra pareja. Sentimos como se mueve.

Mi cuerpo murió hace 250.000 años. Estoy encerrado en una nave a miles de millones de kilómetros de la Tierra. Lo sé porque me muero de un cáncer de páncreas.

Hace unos meses todo comenzó con unas molestias en el vientre. El diagnóstico fue atroz: apenas medio año. Durante ese tiempo, mientras pude, seguí trabajando en el observatorio astronómico, en lo alto del volcán de Canarias. Quería aprovechar cada anochecer, los olores del sendero que me conducían al recinto, el sonido de los insectos que saludaban a la luna.

Y fue hace dos semanas que vino la oscuridad. Trabajaba desde casa (mi deterioro me impedía trasladarme) cuando las imágenes de la pantalla se volvieron negras. Estaba estudiando unos cúmulos estelares a miles de millones de años luz. Pero ya no estaban.

Reinicié el sistema informático que me conectaba al telescopio. Pedí que se hicieran todo tipo de diagnósticos. Todo estaba correcto. Simplemente, ya no había estrellas.

Introduje otras coordenadas. Nada. Oscuridad. El universo profundo se había evaporado. Estábamos solos. 
Pensé que era la medicación. Pero otros colegas me confirmaron lo mismo: las estrellas se habían apagado. Sólo podíamos ver las más cercanas, la de nuestro propio cúmulo de galaxias. Pero lejos, en el espacio y en el tiempo, todo había desaparecido.

Ahora mismo estoy en una sala blanca. La muerte me ronda, y el sistema me ha informado de que en realidad no voy a morir. Que todo lo que he vivido es una simulación. Que en realidad morí hace cientos de miles de años. Que me reiniciarán. Que no recordaré nada.

Le pregunto al módulo madre por las estrellas ¿Ha sido un defecto del programa?


No. Las estrellas han desaparecido. El módulo opera con instrumentos científicos reales, que nos permiten avanzar en el conocimiento del cosmos. La información se comparte entre todos los módulos, y perdura. Nos sobrevive. Ha habido avances en neurología, nuevas corrientes artísticas, se han librado conflictos y hemos evolucionado como especie.

Pero ¿Y las estrellas? Insisto

No están.

¿Cómo es posible?

El universo se expande, cada vez más deprisa, empujado por la energía oscura. Ha superado la velocidad de la luz. Crece tan rápido que la luz de las estrellas no nos llega. Todo se irá apagando. Es inevitable. La entropía se adueña de la realidad, condenándonos al frío. Incluso los módulos madre acabarán muriendo, porque no seremos capaces de atrapar ni un atisbo de energía. Pero falta mucho para eso. No debes preocuparte. Renacerás y no recordarás nada.



Cierro los ojos. Me acuerdo de cuando conocí a Elena, de mi primera motocicleta. De la vez que Susana se hizo una brecha en el columpio con cinco años. Recuerdo a mi padre tocando el vetusto piano de casa mientras mamá preparaba la cena. Recuerdo a mi perra, que acompañó toda mi infancia. Y los senos de Alicia que se adivinaban bajo la blusa. Tantos libros leídos, tantos abrazos de amigos.

Mi mano se desliza lentamente sobre la sábana de la cama blanca. Recuerdo nuestra primera casa y los apaños que hice para poder hacerla habitable. Recuerdo la cara de orgullo de mi familia cuando recogí el título; la cara de mi abuela, sollozando. Mi mano se detiene sobre un pequeño dispositivo con dos botones.

Me gustaba comer palomitas en el cine, tomar el café de la mañana con el sol calentándome la cara, viajar sin billetes ni visados.

Aprieto el botón rojo.

He decidido no volver a nacer. Mi tejido neuronal se degenerará rápidamente y expulsarán el cilindro al espacio.

A un espacio sin estrellas en el que no quiero vivir.

Me quedan minutos.

Me acuerdo de las partidas de mus en la facultad, del nacimiento de mis hijos, de mis dos nietos. Recuerdo ese nido de golondrinas, y la ilusión de los niños al volver del colegio por ver a los polluelos. Recuerdo la noche en que murió mi hermano, la primera vez que vi el mar infinito….

Oscuridad





Antonio Carrillo

miércoles, 11 de abril de 2018

Ambulancias con la luz azul




Es por la noche. Maldito atasco. Y llueve. Al menos hay fútbol, y la radio me entretiene.
Por el retrovisor veo los destellos de unas luces amarillas.

Podría ser una ambulancia, o un vehículo de mantenimiento que acude a solucionar un problema en la vía.

Las luces rotativas amarillas o anaranjadas las llevan los camiones de la basura, los vehículos que avisan del transporte de mercancías grandes, un servicio de limpieza o una grúa.

Si soy alemán o francés y conduzco por territorio español la cosa no me preocupa demasiado; la luz amarilla o naranja me indica que no es un asunto demasiado urgente. Porque desde hace 50 años en Europa las ambulancias y los bomberos, como la policía, llevan luces de color azul.

En 1968, tras la Convención de Viena, se acordó que los vehículos europeos implicados en una emergencia, a los que se debe facilitar inmediatamente el paso, se identificarían por una luz azul.
Y así se hizo, menos en España.

Aquí, en este bendito país soberano, la luz azul avisa de la presencia de la policía o de la Guardia Civil. Es una luz que nos pone en un estado de alerta inmediato, y al que respondemos sin rechistar.

Pues bien, queridos lectores, tengo una noticia: a partir del 1 de julio de este año ambulancias, bomberos, protección civil, policía y guardia civil… todos llevarán una misma luz rotativa de color azul.

No es que sea una gran noticia, ni mucho menos. Pero después de 50 años dejaremos paso a las ambulancias con la misma premura que nos apartamos ante la policía.

50 años solo para adoptar una norma tan sensata. Es como para pensárselo.

Antonio Carrillo

miércoles, 4 de abril de 2018

Nuevo Diccionario del Absurdo, edición abril 2018


Como es bien sabido, un "cazo" no es otra cosa que un "zuzezo".

Esta burda tergiversación del lenguaje nos adentra en el caleidoscópico mundo del absurdo, un universo paralelo ("paratonto" diríamos) en el que jugar con las palabras nos asoma a un abismo de risas y vértigo. Pocas cosas hay más serias que la palabra escrita; es algo bien sabido por notarios y funcionarios de policía. Por ello, precisamente, propongo hoy una pequeña revolución de pacotilla: levantar barricadas hechas de palabras imposibles.

Si ellos tienen la Balanza Comercial, nuestra es la risa.

Ganamos seguro.

Les propongo que aporten sus creaciones a este "Diccionario del absurdo" que inicié hace años.

No se lo tomen muy en serio. No es necesario que sean brillantes ni hilarantes. Sólo les pido que jueguen. Que agiten la cabeza sobre la mesa, recojan las palabras que caigan y las recompongan sin orden ni concierto.

Se sentirán mejor. Ya lo verán.


GRAN DICCIONARIO DE ABSURDO
EDICIÓN ABRIL 2018


-Reptilíneo. Dícese de la distancia más corta entre dos dinosaurios.

-Claustrofobia: miedo irracional a los patios interiores y porticados de iglesias, monasterios y conventos.

- Paella: Comida basada en el arroz, generalmente despreciada por el género masculino.

-Clónica. Dícese de la noticia repetida, palabra por palabra, en distintos foros de internet

-Decaído. Decamarchado. Decadesaparecido.

-Informática. Asignatura de periodismo consistente en el arte de informar.

-Robo a mano armada: Euribor + 2,5 de diferencial a 35 años y con "cláusula suelo" de 4,5 puntos.

-Sintaxis; Rama de la filología que se centra en el estudio de la falta de transporte público

-Parlamiento: Hemiciclo en el que los políticos no siempre dicen la verdad.

-Hacienda. Finca rústica con vivienda muy extensa y en la que se recaudan tributos.

-Filósofo. Persona, por lo general, muy leída, fea e inteligentísima.

-Alunimio: Metal que se caracteriza por su poco peso y pequeño tamaño.

-Motosierra. Vehículo de dos ruedas exclusivo para terreno rústico y arbolado.

-Barbados. Isla caribeña cuyos primeros pobladores eran, por supuesto, barbilampiños.

-Paciente. Enfermo que espera 12 largas horas en urgencias.

-Malaga. Que haya pensado en mí

-Partido: Agrupación política en la que, a pesar de su nombre, hay siempre consenso y acuerdo.

-Culabra: serpiente domesticada, que excava surcos para sembrar en ellos.

-Impuesto. Pago que realizamos encantados, sin que nos obliguen a ello.

-Ayuno. Aydos, aytres..

-Bictima. Persona agredida con un bolígrafo.

-Lesbiena. Mujer homosexual empadronada en la capital de Austria.

-Contahabilidad. Departamento al que siempre le cuadran los números

-Guante. Un poco más, que ya viene la ayuda.

-Apuesta. Llevar encima la primera letra del alfabeto

-Escarabajo: Y culo arriba

-Añexo: cercano y obsoleto.

-Abstracto. Cuadro feo, incomprensible y muy caro 

- Relamido: fado, mire, resido, fasolre, misifa, lasidoremifasol

-Gema. O no llegamos a puegto.

-Cromuñón: Individuo del paleolítico al que le falta una mano.

-Calcomanía. Fobia al calco.

-Amor. Roma, al revés.

-Roma. Capital de Italia.

-Sorbete: Acción de expulsar a una religiosa de su congregación.

-Sierra. Cacefrío.

-Perdido. Hombre simplemente despistado

-Perdida. Mujer golfa, guarra, ramera, disoluta.

-AntiLope: Mamífero ungulado de la familia de los bóvidos, que odia a un dramaturgo del Siglo de Oro.

-Colibric. Pájaro diminuto y envasado.

-Chino: estudias chuspenderás

-Anfibiestro: Capaz de agarrar una rana con ambas manos.

-Necorador: Diseñador de interiores que utiliza motivos marinos

-Cojón: persona acaparadora en extremo.

-Enematopeya: Imitación del sonido producido al introducir algo por el recto

-Cazado: Hombre aprezado traz una boda

-Crustafeo: Animal marino horrendo, aunque comestible.

-Dinero: "nero"

-Paleograjo: Estudioso de la escritura de las aves prehistóricas

-Cubierto: Utensilio para comer siempre bajo techo

-Camisario. Jefe policial que se caracteriza por su vestir formal

-Taumatizado: Gravemente impresionado por la letra "tau" del alfabeto griego

-Virgen: Para un padre, hija soltera.

-Crédulo: Para hija soltera, padre.

-Retratar: Insistir. volver a intentar.

-Colmado. Establecimiento lleno hasta el techo de productos alimenticios.

-Malvado. Pintado de color malva.

-Senófobo. Que muestra desprecio hacia los pechos extranjeros

-Lampara. Laprotege

-Alacena: Mueble extraño y antiguo que se utiliza para llamar a la última comida del día.

-Hipotesis. Razones que se proponen como causantes del hipo.

-El Hombre Araña: y la mujer da patadas

-Cangrajo: Animal mitológico, con cabeza de perro, cuerpo de ave y pinzas de crustáceo

-Sushinto: pequeña cantidad de comida japonesa

- Cuentista. Político que administra las cuentas públicas

- Carterista. Político que asume una cartera ministerial.

- Edictorial. Ejemplo de libertad de prensa escrita en Corea del Norte.

- Colutorio: Para un disléxico, lugar en el que se llama por teléfono al extranjero

- Tila: aloja en chino

- Promiscuo: machote

- Promiscua: puta

- Aprostata: hombre que reniega de su fe por recomendación de su urólogo.

- Sofiesta: filósofo griego algo disoluto.

- Cruento: tierno relatro infantril en el que el lobo despedaza y devora a la abuelitra.

- Lacallo: sirviente muy útil, que mantiene entretenida a la esposa.

- Colecta: "Adecuada" en chino

- Visa: nostraidor

- Cloruro de Sodio: Vete. Abandona este lugar. Lárgate. Sal.






Hay otras entradas:

Estas son de José Luis Boj

Me parecen soberbias

¿Y a ustedes?




-Meandros: curvas pronunciadas de los ríos donde orinan los varones.

-Hermenáutica: ciencia que estudia los textos antiguos transportados en barcos.
-Rocódromo: instalación habilitada para las carreras de piedras.
-Manicomio: sanatorio para maniquíes.
-Hipoteca: lugar donde se guardan caballos.
-Brújola: instrumento que sirve de orientación a las brujas.
-Travieso: mabro paso.
-Risueño: persona que se ríe en fase REM.
-Sofrista: persona que domina el arte del sofrito. 
-Platónico: con forma de plato.
-Repollo: macho de ave gallinácea al cuadrado.
-Fotosierra: panorámica de un paisaje montañoso.
-Escolástica: escuela flexible ante los constantes cambios legislativos en educación.
-Cordura: prudencia y sensatez de los corderos.
-Recortes: soluciones a todos los problemas económicos, de la índole que sean.
-Tocólogo: médico sobón.
-Tartamudo: persona que se queda sin palabras ante la visión de un pastel.
-Documental: mi querido Watson.
-Disolvente: persona que paga sus deudas por duplicado.
-Contratista: Dícese de quien siempre lleva la contra.
-Progresiesta: sueño de sobremesa que trata sobre el progreso humano.
-Libreral: preocupado por los derechos de los libros.




 Estas son de Antonio Téllez. Tenía pendiente subirlas: 



-Bederecho: Molusco bivalvo con tendencia a curvar la espalda.
-Altibajo: Ser de estatura esquizofrénica.
-Carabinario: Crustáceo marino con estudios informáticos, de tonalidad rojiza.
-Confortable: Sentirse a gusto sobre una mesa francesa.
-Durmiente: No dice la verdad ni en sueños.
-Lamelibranquio: Molusco que chupa cualquier cosa.
-Cantaring: Tiene voz de pito


Estas son de Gonzalo rodríguez-Jurado Saro, y son extraordinarias:


- Anonimio: Trasero insignificante y desconocido
- Bar Celona: Conocida cafetería catalana
- Bardenia: Blanta de la bamilia de las rubiáceas // Cafetería situada en una conocida localidad de Alicante
- Concejo: Corporación municipal integrada por un alcalde y varios concejales cuyas cejas se juntan hasta parecer una sola
- Confianza: La forma más rápida de salir de la cárcel. Con toda seguridad.
- Fundicción: Dicción muy divertida y de altas temperaturas
- Fundación: Acción y efecto de dar de forma divertida, pero con fines benéficos
- Guirigay: Turista homosexual, normalmente anglosajón o nórdico // Griterío y confusión que resulta cuando varios guiris afeminados hablan a la vez o cantan desordenadamente
- Jinete: En las revistas del corazón: que no tiene profesión conocida , que no ha hecho nada útil en su vida // Macho de la jineta
- Léxico: País de América en el que se habla muy bien
- Málaga: Antónimo de Buénaga
- Ordeñador: Aparato electrónico capaz de obtener leche de las vacas, recibir, almacenar, tratar y difundir información automáticamente
- Patática: Que es capaz de mover y agitar las patatas infundiéndoles afectos vehementes y con particularidad dolor, tristeza o melancolía // Pátata muy péqueña. // Tubérculo lamentable
- Patático: Tuberculoso
- Robotica: Atraco a farmacia, generalmente perpetrado por androides // Sustracción en la trastienda de una farmacia
- Salamanca: Salón castellano al que le faltan una o ambas manos
- San Atorio: Mártir del siglo III que sanaba enfermos
- San Dwich: Obispo inglés que apilaba la limosna de los pobres en capas de comida y pan alternativamente
- Sorprendida: Religiosa custodiada por dos guardias civiles y bastante asombrada
- Sorpresa: Religiosa entre rejas sin que nadie lo esperara
- Sorteo: Rifa que todos los años, con ocasión del Día de la Madre Fundadora, lleva a cabo la Madre Teófila
- Vuelga: Huelga que se da la vuelta // Huelga de huelguistas. Es decir, cuando los huelguistas se declaran en huelga y, en consecuencia, no van a la huelga

FABULOSOS AÑADIDOS DE LECTORES Y AMIGOS

-Almario: Aparador situado en el recibidor del domicilio donde abandonar el alma cuando uno/a sale a trabajar por las mañanas.
-Traducción/Interpretación: Chivatazo de lo que dicen otras personas en otras lenguas.
-Metafísica: Disciplina donde la realidad se inventa y las mentiras se realizan.
-Castillo: Personaje que suele tener una actitud sexual muy recatada, pero no siempre 

-Altobús: auto-bustante alto
-Ventana: unidad de medida que precede a la trentana
-Bombilla: Un aparato explosivo no muy grande.
-Cerrojo: Antónimo de abrojo.
-Sempitierno: que durará siempre tierno. 

-Cascomio: cómo preguntar educadamente a tu interlocutor que ha tomado en el almuerzo

-Sombrero: Vendedor de sombras, o el que las arregla cuando se estropean 
-Matizar: dícese de convertir en una mata.
- Claustrofobia:  el que tiene miedo a Santa Claus!

Hay más, vean los comentarios
¿Se animan a seguir?

Antonio Carrillo