martes, 23 de agosto de 2011

La carta de un valiente

El 23 de marzo de este año, un niño de 12 años estaba sentado en mi despacho.

Dos días antes, su padre se había quitado la vida. La crisis se había cobrado otra víctima.


Decidimos con su familia que era buena idea apartarlo de todo el dolor del velatorio, y que pasara unos días en casa. Es amigo de mi hijo mayor, y se encuentra cómodo con nosotros.

Durante esa semana, me traje a los dos niños a la oficina, y los ponía a trabajar: ordenar papeles, mover libros, hacer recados…

El 23 de marzo el niño quiso enviar un mensaje por correo electrónico a sus amigos y a su profesora.

Quería tranquilizarlos.

Además, también quería que todo fuera normal a la vuelta. Como siempre.

Lo que sigue es el mensaje que envió. Yo no intervine en nada; todo salió de él.





La trágica muerte de mi padre:


1. AGRADECIMIENTOS: Gracias por el apoyo que me estáis dando, espero seguir recibiéndolo, es muy importante para mí.

2. MI ESTADO: Voy recuperándome poco a poco y aguantando los sufrimientos que llegan a mi familia inesperadamente y me estoy tomando un tiempo, pronto volveré a mis estudios.

3. Prometo volveré y RUEGO que cuando esté ahí que todo fuera normal y nadie me agobiase con estos momentos tan duros

Os doy las gracias por hacer que con vuestra ayuda esto sea posible y os prometo mi mejora temporal


NOTA: Creo que iré a la excursión del ferrocarril




5 días más tarde volvía a su casa y al colegio. 
Y fue a la excursión del ferrocarril.

Antonio Carrillo


No hay comentarios:

Publicar un comentario