martes, 9 de octubre de 2018

Algunas verdades y mentiras sobre la gastritis



Ya hemos entrado en el otoño (en el hemisferio norte); los días se acortan, el frío se intensifica, los niños vuelven al colegio y traen a casa las más variadas e imaginativas variantes de virus estomacales.

Lo de todos los años.

Si usted tiene niños pequeños en casa  - o un marido, que a estos efectos viene a ser lo mismo – se enfrenta a la tesitura de lidiar con un enfermo aquejado de dolor de estómago, malestar general, dolores musculares, diarrea, vómitos y, posiblemente, fiebre.




Usted, avezada en tales cuitas, se dispone a cuidar del enfermo. Sabe que con una gastroenteritis vírica no se deben emplear antibióticos, que atacarían el sistema inmunológico que lucha contra el virus y destruirían la flora intestinal. Y sabe que no se debe comer comida sólida las primeras horas; acaso pasadas 24 horas el paciente intentará ingerir una dieta blanda. Contra la fiebre, paracetamol. Nunca ibuprofeno, que daña la mucosa del estómago.

Pero, sobre todo, tiene claro el mantra sagrado: el principal enemigo es la deshidratación.

Hasta aquí, todo perfecto.

Diligente, compra Aquarius para reponer las sales minerales. Su marido le comenta con voz queda desde el sofá que, posiblemente, una Coca-Cola fresquita le caería bien al estómago. Si vomita, beberá enseguida un poco de líquido a pequeños sorbos.

Lo lamento, pero ya vamos mal.


Cuando se tiene diarrea y vómitos el cuerpo pierde mucha agua; la deshidratación, en efecto, es el principal problema. El cuerpo reacciona, y los riñones retienen la orina, expulsando apenas medio litro diario. Es normal incluso sentir malestar en la zona lumbar.


Pero si tomamos Coca-Cola aportamos al cuerpo cafeína, una sustancia muy diurética. Y lo que queremos evitar es precisamente perder líquidos. Además. como sugiere el sufriente esposo, la Coca–Cola está rica fresca, pero las bebidas frías causan contracciones estomacales. 

Pero hay más. Está el problema del exceso de azúcar.

La Coca Cola contiene una gran cantidad de azúcar. Las paredes del intestino son impermeables al azúcar, pero sí permiten el paso del agua en ambas direcciones ¿Qué determina si el agua sale o entra de una membrana celular? La llamada presión osmótica. Si los líquidos de ambos lados de la membrana celular tienen la misma presión (potencial químico) no hay trasvase de agua. Son las famosas bebidas isotónicas. 

Con un líquido hipotónico la célula gana agua para igualar la presión osmótica. Pero la Coca-Cola, rica en azúcares, es una bebida hipertónica; la membrana del intestino debe liberar agua para compensar el desequilibrio, lo que provoca la denominada diarrea osmótica.

La Coca-Cola, que es una bebida de origen norteamericano, utiliza, como es lógico, jarabe de maíz. Es un edulcorante con un altísimo contenido en fructosa , un hidrato que muchas personas asimilan con dificultad, empeorando los problemas gastrointestinales. Y, por si fuera poco, como su peso molecular es muy bajo, apenas 180.16 g/mol, la presión osmótica en el caso de la Coca-Cola resulta especialmente alta.

Pues cómpramela light, carajo”, masculla el marido, hastiado con tanto inconveniente. Pero el aspartamo que le aporta dulzor es un laxante. Por último, el intestino irritado por la diarrea se encuentra acidificado, y por tanto requiere de un líquido ligeramente alcalino. Y la Coca-Cola tiene un Ph demasiado alto.

Vale; Coca-Cola no. Pero  ¿qué sucede con el famoso Aquarius?

Entramos en terrenos interesantes, por poco sabidos: la deshidratación que provoca el ejercicio físico debido al sudor es sustancialmente diferente a la que proviene de una gastroenteritis.

Cuando sudamos perdemos principalmente sodio, en una cantidad promedio de 35 mmol/l. También perdemos potasio, pero en una cuantía mucho menor. Por tanto, tiene sentido que las bebidas como Aquarius se centren fundamentalmente en aportar sodio. Es una bebida para deportistas. 

Pero su marido. postrado como si se le fuese la vida, está perdiendo fundamentalmente potasio. Llamamos hipopotasemia al desequilibrio electrolítico causado por el descenso de los niveles del ion potasio en sangre. Y el vómito tiene mucho que ver en este descenso.

Es importante saberlo: cuando se vomita repetidas veces se expulsa del cuerpo buena parte del jugo gástrico, que es muy rico en potasio. Y el Aquarius nos aporta poco potasio. La llamada Bomba sodio-potasio, de la que depende nuestro equilibrio celular, corre entonces peligro.

¿Qué podemos hacer?


Lo primero: conviene tener claro que la diarrea es un mecanismo que nuestro cuerpo utiliza para librarse de virus o sustancias en mal estado. Salvo que pasen demasiados días, que sean niños pequeños o personas muy ancianas, conviene no obsesionarse con la diarrea. Como tampoco conviene obsesionarse con la fiebre, otro mecanismo del organismo que lucha contra el virus.

Hay remedios naturales que podemos utilizar pasadas 24 horas. El agua de arroz, rica en almidón, protege la mucosa del intestino, reduce la inflamación y retiene el agua. Yo, particularmente, soy muy partidario de la manzana. Aunque hay que saber prepararla.
Si se tiene diarrea la manzana hay que tomarla sin piel, porque su exterior es rico en fibras que no se disuelven en agua y aceleran el tránsito intestinal, que pretendemos apaciguar. Mejor las pelamos, para aprovechar otra fibra, la pectina, esta sí soluble, que se encuentra en su pulpa, que retiene líquido y absorbe las bacterias. Pero, además, debemos rallarla y dejar que se oxide media hora al aire. Que se oscurezca.
La sustancia que ennegrece la manzana es el tanino, con fortísimas propiedades astringentes y antiinflamatorias. 
Hay personas que toman carbón activo para absorber el agua del intestino. Yo creo que es un remedio excesivo, demasiado fuerte. Con el arroz y la manzana debería bastar.

Pero, mientras tanto, en la fase más aguda ¿qué bebemos? Francamente, lo más conveniente es ir a la farmacia y comprar sobrecitos de suero hiposódico. Se disuelven en un litro de agua y tienen los electrolitos, minerales y niveles de glucosa que nuestro cuerpo necesita. Hay remedios caseros para fabricar bebidas semejantes, utilizando sal, azúcar, bicarbonato y limón. Pero el suero es barato, el sabor no es muy malo, y no creo que merezca la pena crear un mejunje que puede no tener las proporciones adecuadas.


Muy importante: cuando se vomita se activa un complejísimo reflejo del sistema nervioso que permite que saquemos por la boca lo que procede del estómago, un camino en absoluto sencillo ni fácil de realizar. Hace falta la acción coordinada de varios órganos en un mecanismo complejo que, además, perdura en el tiempo. Porque el reflejo del vómito se mantiene activo durante unos 40 minutos. Por consiguiente, tras vomitar no se debe dar al enfermo ni un leve sorbo de agua. Todo lo que se le introduzca reactivará el reflejo y empeorará su situación, con unas nauseas cada vez mayores. Conviene esperar un rato.
Acabo, con lo más importante.

A continuación, ustedes, pacientes lectores, van a olvidar todo lo que han leído y no van a hacer ni caso de mis consejos ¿Por qué?
Porque no tengo la carrera de medicina. Tampoco la de enfermería o la de farmacia. Hablar de temas de salud en foros de internet no especializados resulta peligroso, porque se pueden asumir como verdades auténticas estupideces. Si aparece un cuadro de gastroenteritis en su familia acuda a su médico, que ha estudiado muchos años para saber lo que realmente le conviene. Es posible que esté de acuerdo con algo de lo que escribo en este artículo, pero eso no valida el resto. Ni resta valor a la crítica que acabo de hacer. 
Nada puede suplantar la experiencia de un médico de cabecera, lo que lee en los ojos de los pacientes, lo que percibe palpando su vientre o auscultando sus intestinos. Jugar a ser médico era divertido de adolescente; ahora es asunto que no tiene tanta gracia. Porque por culpa de la automedicación, por ejemplo, o el mal uso de las pautas de toma de antibióticos, estamos creando cepas de bacterias resistentes.
En fin. Un artículo que no ha servido para nada. 
Patético ¿No creen?


Antonio Carrillo

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