lunes, 19 de diciembre de 2011

Historias de edificios

Flatiron, o la lujuria del viento





El edificio Fuller se terminó en 1902, y enseguida se convirtió en un icono de Nueva York. En la confluencia de la quinta avenida y Broadway, Daniel Burnham, arquitecto de la escuela de Chicago, se encontró con un reto difícil: el solar tenía una forma triangular, con uno de sus ángulos especialmente estrecho.

Como resultado, la ciudad vio asombrada cómo se erigía un edificio estilo Beaux-Arts enorme, con 87 metros de altura y forma de cuña, con elementos decorativos renacentistas italianos y franceses en si fachada. En su extremo redondeado, el Fuller sólo tiene una anchura de dos metros, y asemeja a una enorme columna griega. Sin duda, es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. 

Su tamaño y su extraña forma provocó que los ciudadanos apostaran sobre cuándo lo derribaría el viento y dónde acabarían los escombros. Además, le dieron el apodo de "Flatiron", por su parecido a las planchas domésticas de principios de siglo. Con ese nombre se conoce hoy en día.

Hay una anécdota muy divertida: la forma aerodinámica del edificio produjo un enorme efecto túnel de viento calles arriba. En efecto, el viento soplaba con gran fuerza, y levantaba las pesadas faldas de las damas, mostrando sus tobillos.

Nos encontramos a finales del puritanismo victoriano que protagonizó el siglo XIX, y los tobillos de una mujer resultaban, por decirlo suavemente, francamente turbadores. Ello produjo que, a lo largo de la calle 23, se apostaran una cantidad considerable de "mirones". Finalmente, la policía tuvo que intervenir, apostando un contingente en la zona y expulsando a los hombres. De esta acción nació la famosa expresión neoyorquina "Twenty-three skiddoo" (“largarse de la veintitrés”), que hoy se utiliza en los estadios para burlarse de los seguidores del equipo rival.



La casa danzante de Praga






The Dancing House, o casa danzante, es una edificación extremadamente "peculiar" del año 1996, obra de Vlado Milunic y del famoso Frank O. Gehry, el arquitecto autor del museo Guggenheim de Bilbao. 

En 1994 el ex primer ministro checo Vaclav Havel era dueño de una casa junto al río Moldava, y decidió aprovechar un solar colindante que había quedado vacío tras los bombardeos de 1945. Enseguida el banco ING se unió al proyecto, al que destinó una importante cantidad de dinero. Contactaron con el arquitecto Jean Nouvel, el cual rechazó el encargo debido a la escasa superficie construible del solar; Frank Gehry, sin embargo, sí aceptó la colaborar con Milunic, arquitecto de Havel.

La intención de ambos arquitectos era la de crear un edificio que, desde cualquier perspectiva, diera la impresión de estar bailando. Para ello, diseñaron un edificio lleno de curvas. De hecho, se la denominó en un principio “Fred y Ginger”.

La casa desató desde el principio una enorme polémica entre partidarios y detractores; éstos últimos le pusieron el sobrenombre de “Drunk House". Es fácil adivinar el porqué.

Hoy podemos afirmar que los partidarios de la casa danzante han ganado la batalla, y la casa es un icono del orgullo de una Praga moderna. De hecho, el año 2005, el Banco Nacional Checo emitió una moneda de oro en honor a esta casa, conmemorando el lema “10 siglos de arquitectura”. Y, aunque resulte asombroso vistas las imágenes, los que la han visto aseguran que, de alguna manera, esta amalgama de curvas en absoluto desentona con el resto de edificios que embellecen las orillas del Moldava.





Una casa estrecha defendida a bastonazos




Calderón de la Barca era un autor de prestigio y persona de rango en el Madrid del siglo XVII, y le correspondía vivir en la calle más importante: la calle Mayor. En el número 61 vivió Calderón durante dieciocho años, hasta su muerte el 25 de mayo de 1681 (apenas a 20 metros de donde estamos escribiendo estas líneas). 

La casa en sí merece una visita. Es conocida como "la casa estrecha", debido a sus reducidas dimensiones; tiene una fachada de apenas 4 metros y 36 centímetros de ancho, que permite albergar un único ventanal a la calle. 

La casa tuvo como adalid y defensor a la figura de Mesoneros Romanos, cronista oficial y bibliotecario perpetuo de la Villa de Madrid. En 1859, un grupo de obreros se disponía a derribar la "casa estrecha", como se había hecho con la mayoría de las casas del XVI y XVII. Pero hete aquí que los operarios se encuentran en la entrada a un individuo esperando a la entrada de la casa. Comienza a exhortarlos a gritos para que abandonaran su empeño y, dado que sus peticiones no surtían efecto, blandió su bastón y salió corriendo tras los aterrados obreros calle abajo. El 28 de octubre de 1859 Mesoneros logró que se inaugurara una lápida conmemorativa de mármol blanco, ubicada en el muro exterior de la primera planta, en la que reza esta sencilla leyenda: "Aquí vivió y murió Don Pedro Calderón de la Barca".

Unos años más tarde la casa sufrió una profunda remodelación; pero su tamaño sigue siendo el mismo, y la lápida conmemorativa sigue en su fachada.

Y para acabar, ya que de una casa minúscula hemos hablado, veremos tres excesos:


Wynn Resorts: el exceso I




Hay dos organismos de calificación que ofrecen una valoración de la categoría de los hoteles: Mobil (estrellas) y AAA (diamantes). 

Sólo hay un hotel con casino en el mundo que puede enorgullecerse de tener cinco estrellas Mobil y cinco diamantes AAA: el Wynn Resorts. De hecho, fue el primer hotel cinco estrellas en Las Vegas.

Este monstruo mayor que 500 campos de fútbol dispone de 2.716 habitaciones, miles de villas privadas, casino, centro de convenciones, playa privada (en el desierto), centro comercial, campo de golf, espectáculos, deportes de todo tipo, incluso acuáticos... y todo lo que pueda imaginar.

Pero si lo traemos a este espacio es porque, en algunos foros, se lo considera el edificio más caro del mundo. Su construcción costó 2.700 millones de dólares del año 2005, unos 1.970 millones de euros.


Kingdom Tower. El exceso II



En abril de 2011 el gobierno de Arabia Saudí dio la noticia: la firma de arquitectos Adrian Smith+Gordon Hill llevará a cabo la construcción en Jeddah de la Kingdom Tower, el mayor edificio del mundo, una construcción de 1.000 metros de altura que costará unos 900 millones de euros y estará finalizada para el año 2016. Forma parte de un proyecto de transformación de Jeddah en el que se invertirán 14.000 millones de euros.

Para que se haga una idea, si la Kingdom Tower fuera un edificio corriente, tendría 366 pisos de altura. ¿Se imagina un ascensor con 366 botones que pulsar?

En realidad no se va a ocupar la superficie completamente: los últimos metros se reservarán para los equipos de mantenimiento y energía. Se calcula que, a una velocidad de 6 metros por segundo, los ascensores tardarían 4 minutos en llegar al ático. En principio, lo ingenieros desaconsejan subir más rápido: los pasajeros se marearían.

Esto plantea en principio un problema de normativa. Por ejemplo, en España la norma EHE 08 establece que ningún pasajero puede pasar más de 60 segundos en un ascensor. ¿Cómo se soluciona este problema? Ocupando ascensores en tramos de 59 segundos, y tomando otros ascensores las veces que haga falta; es decir, para llegar a lo alto de la Kingdom tower habría que hacer a menos cuatro “trasbordos”.

Ahora bien, los arquitectos han anunciado que el edificio contará con 59 ascensores que subirán a una velocidad de 10 metros por segundo, y que serán necesarios apenas dos minutos para llegar a la cima, sin paradas. Habrá que esperar para saber la tecnología que utilizarán en este macroproyecto.


La fábrica Boeing. El exceso III



Boeing es el primer fabricante de aviones del mundo, y su sede central se encuentra en Chicago.

La compañía fue fundada en 1916 por William Edward Boeing, un estudiante de Yale que se había hecho rico con el negocio de la madera. Sus conocimientos técnicos sobre estructuras de madera resultaron de gran utilidad a la hora de construir aviones en los inicios del siglo XX. Los inicios, como suele ser normal en estos casos, fueron humildes: la compañía se fundó en un viejo granero hecho de madera que recibía el nombre de “el granero rojo" (Red Barn). En la actualidad es un museo.

Hoy en día, la principal fábrica de Boeing, la factoría Everett, inaugurada en 1967, abarca un área de 398.000m2 con un volumen interior de 13,3 millones de metros cúbicos y un perímetro de 3,5km. Es el mayor espacio cerrado del mundo, y en él se han fabricado 3.000 aviones, fundamentalmente el inmenso 747 Jumbo. En este lugar trabajan 25.000 empleados. 

Lo mejor es poner un ejemplo: podríamos colocar el parque Disney de California en su interior, y aún sobraría espacio. Es un espacio gigantesco, en el que se montan enteros algunos de los mayores aviones del mundo.

Para poder introducir las grandes piezas que viene pre ensambladas y luego sacar los aviones finalizados, el edificio dispone de 6 puertas de 25m de alto por unos 100m de ancho.

Antonio Carrillo

No hay comentarios:

Publicar un comentario