Hay libros que considero imprescindibles, cuya lectura nos cambia en lo más hondo. Después de acabar "La montaña mágica" de Thomas Mann o "Hijos de la media noche" de Rushdie uno ya no es el mismo.
Hay libros que son algo (mucho) más que libros.
Pero les propongo en esta entrada algo menos ambicioso. Lo que nos ocupa es una ¿cómo llamarlo? "lectura de palomitas". Necesitamos distraernos, acudir a la risa, la aventura y el misterio. Hay libros que se olvidan rápidamente, cierto, pero que se leen de un tirón. Son válvulas de escape por las que liberamos tensiones, miedos y monotonía.
La lectura es un regalo ofrecido por los dioses, con el que comparten un poco de su inmortalidad y un todo de sus más profundos sueños.
Para alguien que leyó de niño las aventuras de Guillermo Brown, el humor inglés es siempre una oleada bienvenida de inteligencia y frescura. Recuerdo la primera vez que leí "Mi familia y otros animales", de Gerald Durrell. Era un adolescente, y me sorprendió que se pudiera escribir con tanta gracia de uno mismo. Es un libro maravilloso, lleno de luz griega (se desarrolla en Corfú), amor por los animales y contención inglesa.
Tiempo después me llegó Terry Pratchett por recomendación de mi hermano Fermin. Vino cuando más lo necesitaba; es un autor al que no se puede llegar muy pronto. Su ironía rebosa inteligencia; tanta, que nos hace dudar de nuestra propia realidad. Su novela "Guardias ¿Guardias?" es una buena introducción a su extensa obra. Las primeras diez páginas son desternillantes. Más tarde, Pratchett me regaló decenas de libros, con personajes como la bruja Yaya Ceravieja, el bibliotecario de la universidad de magia, el mago Rincewind o el héroe octogenario Cohen el Bárbaro, un individuo inolvidable que aparece en "El color de la magia".
Si les gustan los Monthy phyton, lean a Pratchett.
Aunque también tenemos humor en castellano: Vargas Llosa nos ha ofrecido dos novelas muy divertidas: "La tía Julia y el escribidor" y "Pantaleón y las visitadoras". Aunque puestos a recomendar, les invito al universo literario del gran Eduardo Mendoza. Su última novela es imprescindible.
Pero la literatura no acaba en el humor. ¿Le gusta el género policíaco con ribetes de misterio? Hay un personaje que debe conocer: Aloysius Pendergast, el peculiar detective del F.B.I, producto de la imaginación de Douglas Preston y Lincoln Child. Sus novelas, sobre todo a partir de "Los asesinatos en Manhattan", son apasionantes. Un detective extremadamente culto que viaja en Rolls Royce. Intrigante. Su obra deja trazos de ocultismo, sensibilidad y atavismo. Con Pendergast se viaja al corazón de las tinieblas.
Aunque también les propongo una alternativa realmente curiosa; ¿no quieren jugar a ser detectives durante la época de Vespasiano, en la antigua Roma? Lindsay Davis nos regala el personaje de Marco Didio Falco, un "informante" que pulula por Roma y parte del imperio resolviendo misterios. La obra, que consta de 20 novelas, nos hace partícipes de la cotidianidad de hace casi 2.000 años, y lo hace con humor. Mientras uno acompaña a Falco en sus desventuras, olvida que pertenece a otra época.
Dentro del género "palomitero" destaca un subgénero que ha proliferado a la sombra de "El código Da Vinci". Lo llamaría el subgénero templario.
La referencia inexcusable sigue siendo "El nombre de la Rosa", de Umberto Eco. Fantástica novela. Aunque en español disponemos de algunos dignos representantes. "La lápida templaria", de Nicholas Wilcox, es en realidad obra de Eslava Galán, el famoso historiador. Es una obra densa pero emocionante, repleta de datos y de saberes.
A un nivel menos cultivado, pero no menos emocionante, la escritora Matilde Asensi nos ofrece dos novelas muy entretenidas: "El último Catón", y "El origen perdido", ésta última sobre el misterio de la lengua Aymara.
Claro que puede usted ser aficionado a la ciencia ficción, que de todo hay en la viña del señor. Si pensaba que tras Clarke y Asimov el género estaba moribundo, le traigo buenas nuevas. El autor Alistair Reynolds, a la sazón astrofísico y ex miembro de la Agencia Espacial Europea, nos ofrece una trilogía de "ciencia ficción dura", densa y emocionante ¡Cómo no nos va a gustar un autor de ciencia ficción cuyo primer personaje es un arqueólogo! Recomiendo empezar por la trilogía "espacio revelación", El arca de la redención" y el "Desfiladero de la absolución".
Puede que sólo busque aventuras. "El quinto día" de Frank Schätzing es una propuesta interesante, con la que se aprende bastante de biología marina, geología y problemas medioambientales. No se preocupen por su tamaño; se lee en un momento. "El pozo de la muerte" de Preston y Child es muy distraído, aunque es difícil de superar al maestro Julio Verne. ¿Conoce "La esfinge de los hielos"?; es una novela de aventuras maravillosa.
Y basta, que esa entrada pretendía ser corta.
Espero que alguno de los títulos haya llamado su atención. Ya me contarán.
Y feliz verano.
Antonio Carrillo
¡Excelente post Antonio! Mi lista de libros (no de verano, porque estoy en Argentina) se alargó considerablemente.
ResponderEliminarEl gran Mendoza y su última novela ya figuran en ella y serán la próxima compra.
Saludos desde Córdoba.