Observe este dibujo.
Es la obra de un genio, que con unos pocos trazos es capaz de profundizar en los entresijos de la psique humana, en los miedos, ansias y esperanzas. En el amor.
Un primer vistazo nos ofrece una visión de conjunto: los vínculos toman la forma de raíces aéreas que interactúan (o no), mostrando una semblanza variopinta: parejas distantes, otras rotas. Algunas indiferentes y unas pocas íntimamente unidas.
Pero hay más. Si nos fijamos veremos a una pareja de mediana
edad cuyo hijo ha unido de nuevo. Los nudos nos dicen que pasaron por una
crisis; en algún momento hubo una ruptura, que el hijo ha salvado. Los rostros
nos invitan a especular sobre el marido, pero es llevar el análisis demasiado
lejos.
En ocasiones los rostros ofrecen pistas mucho más fiables.
En esta pareja la rotura es total, pero el rostro de la mujer muestra que no
está en absoluto disconforme. Es más, el lazo rimbombante nos indica que parece
bastarse con ella misma.
Otras parejas ofrecen distintos niveles de intimidad: este
matrimonio se pasea con las raíces apenas rozándose, en una postura acomodada y
formal que transmite frialdad.
Podría ser peor, como con esta pareja que solo se mantiene
unida por la artificiosidad de un clip enorme. Por un contrato de matrimonio y
el qué dirán.
¿Y estos jóvenes? Él tuvo un antiguo amor y su relación actual es compleja, algo embarullada. Los nudos no parecen
firmes, robustos; tienen demasiados recovecos. El nudo cerca de la cabeza del
chico nos indica que le gusta dar muchas vueltas a las cosas.
Algo muy distinto a esta pareja: son un ejemplo de amor
firme, consolidado. Y hay algo más ¿Se han fijado en el grosor? Son personas
mayores seguras de sí mismas y que llevan toda una vida en común.
El grosor también nos da pistas… En este hombre el grosor
nos muestra un ego potente, pero su pareja, mucho más joven, se aferra con una
raíz tan fina que puede romperse en cualquier momento. Un hombre poderoso que
tuvo una pareja lejana en la mujer que lo observa desde la lejanía. Y que no lo ha olvidado. El sin embargo nunca
ha querido a nadie. Es un hombre que no se ata.
La pareja más entrañable puede ser esta. La mujer tuvo una
ruptura muy joven, al principio de su historia, y sufrió un proceso de
recuperación largo, con un nudo en medio, hasta que encontró a este hombre. Es
impresionante la manera como ella se aferra, con un punto de ansiedad, aunque es
extraño que no haya nudos. El hombre se deja anudar pero no anuda. Ojalá que
ella tenga suerte. Lo necesita.
Hay muchas más interpretaciones posibles en las miradas. Parece
mentira que Quino haya sido capaz de transmitir tanto con tan poco.
Si repasa la historia de su corazón ¿Cómo la dibujaría?
Piénselo.
Y reflexione. Sobre las raíces rotas. Y sobre los nudos.
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