Hace tiempo leí, no recuerdo dónde, una anécdota sobre Alfred Nóbel, el creador de la dinamita y que instauró los premios más prestigiosos del mundo.
Según recuerdo, saltó el rumor sobre su fallecimiento, lo cual motivó que se escribieran algunos panegíricos en los diarios. Uno, en concreto, llamó poderosamente la atención del supuesto difunto: en él se aludía a la faceta destructiva de la dinamita, y lo que había significado su invención para la guerra y el exterminio del hombre por el hombre.
Nóbel quedó hondamente impresionado por lo que se decía de su legado, y se horrorizó pensando que sería recordado como un agente de la muerte y la destrucción; se había enriquecido manchado por la sangre de miles de almas.
En un intento por acallar su conciencia, y queriendo remediar en parte el mal que pudiera haber provocado su invento, Nóbel dejó establecido en su testamento que:
"La totalidad de lo que queda de mi fortuna quedará dispuesta del modo siguiente: el capital, invertido en valores seguros por mis testamentarios, constituirá un fondo cuyos intereses serán distribuidos cada año en forma de premios entre aquellos que durante el año precedente hayan realizado el mayor beneficio a la humanidad"
Pero lo que me interesa no es tanto los orígenes del premio, y si es o no cierta la anécdota que acabo de contar. Lo que me atañe es un dato que también leí en otra ocasión, no recuerdo dónde ni cuándo: la particularidad de que el signo del zodiaco con más premios Nóbel es, con diferencia, el signo Acuario (que corresponde a los nacidos entre el 21 de enero y el 19 de febrero).
Al respecto, confieso de primeras que nunca he sentido el más mínimo interés por la astrología, aunque una mayoría de personas afirmen que "algo de cierto hay"; y en ocasiones me he encontrado con opiniones sorprendentes provenientes de intelectuales por los que guardo un gran respeto. Mi último asombro proviene del libro "Cosmos y psique", de Richard Tarnas, autor al que antaño conocí por su famoso libro "La pasión de la mente occidental". Tarnas afirma en su último libro que ha encontrado pruebas matemáticas irrefutables que confirman la influencia de los astros en el devenir de los hombres. En concreto, postula que hay una correlación entre los movimientos de los planetas y ciertos patrones sociales y biográficos.
Me cuesta creer que afecte en algo la posición de un planeta al nacer, hasta el punto de determinar la personalidad o el devenir de un individuo o un grupo social. Sin embargo, el dato de los Nóbel Acuario, si se comprueba que es cierto, resulta como mínimo curioso ¿Qué explicación puede haber?
Cuando se ha planteado la cuestión entre amigos, siempre hay alguno que conoce el zodiaco. Según parece, los Acuarios se caracterizan por ser creativos, soñadores, capaces de tener una perspectiva diferente de la realidad, innovadora e imaginativa. No en vano es un “signo de aire” ¡Qué buenas cualidades para un futuro Nóbel!
Sin embargo, lo que me llama más la atención de estas personas es algo más prosaico: su fecha de nacimiento. Siempre los primeros días del año ¿Por qué considero importante este dato?
Normalmente, los niños comienzan el colegio a los 3 años. Desde el primer año aprenden colores, vocales y números. Demuestran su psicomotricidad en el dibujo e interactúan en clase y en el recreo. Se comunican, entienden y se hacen entender.
Está establecido que la fecha de escolaridad corresponda al año biológico, de enero a diciembre. Por tanto, los niños nacidos en enero tendrán prácticamente un año más que los nacidos en diciembre. Y con 3 años, estos once meses representan una distancia enorme en términos de desarrollo.
Pero, ¿puede influir en algo una mayor madurez desde los primeros años de escolaridad? ¿Hay una correlación entre habilidad, reconocimiento, autoestima y éxito? ¿Tienen algo que ver los profesores en ello?
En este sentido, resulta muy esclarecedor lo sucedido con un estudio con niños de primaria que se realizó en Estados Unidos. Los investigadores realizaron test de inteligencia a una clase de niños de 8 años, y luego procedieron a dividirlos en dos grupos: los de mayor y menor cociente. Sin embargo, a los profesores se les facilitó el dato al revés: los más inteligentes aparecían como menos inteligentes, y viceversa. Se insistió a los profesores en que los datos no eran del todo fiables y se les pidió que en absoluto modificaran su trato con los niños.
Se repitió el test a los dos años, y resultó que los niños que antes habían dado un nivel de inteligencia más bajo habían subido claramente su cociente, mientras que la otra mitad más inteligente no habían crecido, o incluso habían descendido en sus niveles ¿Por qué?
La respuesta es clara: inconscientemente, los profesores habían dedicado una mayor atención a los niños supuestamente más inteligentes, que debían responder a la expectativa de una potencialidad mayor. El resto soportaban un nivel de exigencia menor, y su cociente de inteligencia se había resentido.
Si a un niño se le dice que es listo, se creerá listo. Si se le dice que tiene cualidades, que puede crecer y se confía en él, la autoestima será un aliciente poderosísimo. Si recibe una mayor atención, si se es más paciente con él, acabará respondiendo a las expectativas creadas. Si un niño ha estado los primeros años salvando las exigencias del curso con facilidad, dado que su nivel madurativo es mucho mayor al haber nacido en enero, cuando las distancias madurativas se acorten ya atesorará un bagaje de confianza y seguridad importantísimo. En todo esto, la comunicación es la clave.
En definitiva, caben dos posibilidades: hay más premios Nóbel acuario porque, debido a la posición del planeta Urano al nacer, los acuario están predestinados a la creatividad y la innovación; o bien el hecho de nacer en enero les posibilita unos años de ventaja al inicio de su edad escolar para adquirir destreza y confianza.
El lector puede elegir. Hay un principio conocido como “la navaja de Ockham” o “Principio de parsimonia”, según el cual si hay dos respuestas posibles, la más simple tiene más probabilidades de ser correcta.
¿Urano o autoestima? Yo, al menos, lo tengo claro.
Antonio Carrillo Tundidor
Gracias por este artículo interesante :-)
ResponderEliminarTambién pienso que la autoestima y la profecía autocumplida (self-fulfilling prophecy) por parte de los maestros juegan mayores papeles en el rendimiento y éxito que los signos del zodiaco.
Sin embargo, una parte del artículo, cuando trata de la importancia de las fechas del signo Acuario porque coinciden con la fecha de escolaridad, me ha llamado la atención: Los premios Nobel vienen de muchos países que tienen diferentes fechas de escolaridad (en Austria, por ejemplo, el 31 de agosto). Por eso, no se puede generalizarlo.
Saludos :-)
HOLA. ME PARECIÓ INTERESANTE LA CUESTIÓN QUE HAS PLANTEADO. ¿SERÁ PORQUE SOY ACUARIO?... TE DIRÉ QUE LO DE LA EDAD DE ESCOLARIZACIÓN ES RELATIVA. YO SIEMPRE FUI DE LAS MÁS PEQUEÑAS DE CLASE... EMPECÉ 1º DE PRIMARIA CON 5 AÑOS. EMPECÉ 1º DE CARRERA CON 16. Y LA VERDAD ES QUE NO SOLO NO ENCONTRABA DIFICULTAD EN MIS ESTUDIOS SINO QUE ADEMÁS SIN DEMASIADO ESFUERZO ERA DE LAS BUENAS NOTAS DE CLASE. SI TE DIRÉ QUE AUNQUE NO SIGO LA ASTROLOGÍA COMO UNA TEORÍA VÁLIDA SI VEO QUE HAY CIERTOS TEMAS QUE COINCIDEN EN LAS PERSONAS DEL MISMO SIGNO. Y TE DIRÉ QUE NO SUELO LLEVARME BIEN CON LOS DE MI MISMO SIGNO. EXISTE UNA COMPETITIVIDAD INNATA, UN VER "CON EL RABILLO DEL OJO" AL OTRO A VER SI ES MÁS QUE YO... NO SÉ. ESTO ES SOLO UN COMENTARIO. OTRO GRANITO MÁS DE ARENA A NUESTRA CONFUSIÓN. UN SALUDO.
ResponderEliminarGracias a los dos por vuestros comentarios. son muy interesantes.
ResponderEliminarEs cierto que en algunos lugares la escolaridad se rige por criterios distintos, pero no creo que sea mayoritario.
En todo caso, ni siquiera he podido verificar el dato de que haya una mayoría de acuarios Nóbel. La idea que intenté aportar era que le damos una justificación "mágica" a los fenómenos, incluso hoy en día, en estos tiempos de racionalismo y gobierno de la ciencia.
Claro que un nacido en diciembre puede ganar un Nóbel. Hay factores mucho más importantes, como el nivel sociocultural en el que se ha educado, el cuidado de su autoestima, el crecer en un ámbito familiar estructurado, no tener impedimentos en su desarrollo evolutivo de base genética... son tantas las variables.
Pero es curioso: perdura la idea colectiva del "algo hay". ¿A quién no le han desaconsejado que practique la ouija?
Recomiendo la lectura que hago del libro "el fuego secreto de los filósofos"
Por cierto... Yo soy acuario ascendiente acuario. Y estoy a años luz de ganar nada.
Un saludo
Todo el hemisferio sur tiene la escolaridad al revés del hemisferio norte.
ResponderEliminarMe pasa lo mismo que el compañero de arriba. Entre adelantado. Seguí intentandolo ^^
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