Empieza la feria del libro en Madrid, y es hora de recordar a los que nos faltan: Delibes, Tony Judt, Eloy Martínez, Salinger, Saramago, Josefina Aldecoa, Gonzalo Rojas, Sabato, María Elena Walsh...
La muerte de un escritor, de un poeta, es una pérdida irreparable de tierra fértil. Nos queda su obra, cierto, pero tenemos derecho a la nostalgia.
Se nos han ido a todos; incluso a los que nunca los han leído.
Un escritor siempre muere antes de tiempo, aunque muera centenario.
Llegan rumores sobre la muerte de Neruda; seguro que infundados. Estaba muy enfermo. Pero su ausencia se siente también. Adriana Turchetti, poetisa porteña, le escribió una carta a la que Alberto Cortez puso música.
Alberto Cortez, un duende de pellizcos en el alma, describió la muerte de un perro callejero con estas palabras:
"Era el callejero de las cosas bellas
y se fue con ellas cuando se marchó,
se bebió de golpe todas las estrellas,
se quedó dormido, y ya no despertó."
Por tanto, nos queda la esperanza. Se nos han ido tantos. Pero no todos.
Sampedro, Matute, Ferlosio, Edwars, García Márquez, Fuentes, Vargas Llosa.
Cuidaos!
En estos tiempos, nos seguís haciendo falta.
Antonio Carrillo
No hay comentarios:
Publicar un comentario