Hay un país sin
fronteras,
un territorio sin
amos,
sin himnos, dioses o
leyes,
sin presos, muros ni
esclavos.
En el país de los
sueños
todo se vuelve más
claro,
el corazón se alimenta
de lo que estamos
soñando.
Recuperamos el nombre
que de niños nos
negaron.
Es el país del
orgullo
de los más
necesitados.
En el país de los
sueños,
en un rincón
apartado,
un solitario se
encoge
para sentirse más
sabio
En el país de los
sueños
he caminado,
despacio,
por una orilla de
besos
y un leve roce de
manos.
En el pais de los
sueños
a menudo estoy
callado.
Es el hogar del
silencio
cuando se hace
necesario.
En el país de los
sueños
tengo a mi perra
esperando,
está mi padre
durmiendo,
y no quiero
despertarlo.
Hay un notario que
sueña
su sueño de ser
payaso,
un profesor sin materias
y una verbena en mi barrio.
En el país de los
sueños
hay un jazmín en tu
patio,
y un militar que
deserta
porque no quiere
hacer daño.
Es el lugar de la
magia,
de los versos más
amargos,
de los buenos chistes
nuevos
y los viejos chistes
malos.
En el país de los
sueños
siempre se anda
descalzo.
Es un lugar sin
promesas
y es el descanso del
llanto.
En el país de los
sueños
es donde vivo a
diario.
Me quieren dar más
pastillas
para poder olvidarlo.
Es mi país de los
sueños.
Es lo que soy.
Lo que canto.
Antonio Carrillo
No hay comentarios:
Publicar un comentario